Guzmán (Miguel Bernardeau) y Cayetana (Georgina Amorós) son dos de los personajes de 'Élite' más unidos a Polo, el estudiante de Las Encinas que muere nada más comenzar la tercera temporada, ya disponible en Netflix. Sin embargo, ninguno de ellos está fuera de sospechas: él, porque sabía que su amigo asesinó a su hermana, y ella, porque ha demostrado que puede ser mucho más fría de lo que aparenta. Los actores, que vuelven a coincidir después de haber sido pareja en la comedia 'Es por tu bien', reconocen que el rodaje de las escenas de la fiesta final fue complicado. "Nos acabamos chillando los unos a los otros, como si fuéramos hermanos", aseguran.

-Guzmán está más solo que nunca, porque sus amigos le han traicionado. ¿Ha perdido el norte?

-Miguel Bernardeau (M.B.): Tiene que aprender a estar solo para enfrentarse a sus demonios, perdonarse a sí mismo y a sus amigos. Con Polo no se trata de perdonarle, sino de aprender a verle sin que se convierta en un veneno para él. Y todo eso va a obligarle a evolucionar y convertirse en una persona mejor.

-Cayetana también se queda muy sola cuando muere Polo, su novio y único apoyo en Las Encinas.

-Georgina Amorós (G.A.): En esta temporada, todos los personajes están muy solos. Están todos a su bola intentando pasar página y no se apoyan hasta el final.

-Cayetana sorprendió a todos al final de la anterior temporada por su sangre fría al esconder el objeto con el que Polo mató a Marina.

-G.A.: Pero no lo hace por maldad, sino por la necesidad de amor. La única persona a la que tiene es Polo y se coge a él como si fuera la única boya que hay en el mar. Y piensa: "¿Ahora que podíamos tener una vida en condiciones eres un asesino? Pues no me vas a romper los planes y esto va a funcionar". Claro que hay un punto de no estar bien de la cabeza, pero lo hace porque no tiene nada que perder.

-Desde la mítica 'Carrie', habíamos visto pocas fiestas de graduación tan turbulentas como la de 'Élite'.

-G.A.: ¡Sí! Para nosotros también fue muy intenso. Estuvimos tres semanas encerrados en el reservado grabando esa fiesta final. Rodar tantos actores juntos fue complicado, porque éramos muchísimos, cada uno estaba con sus cosas y nunca había silencio en el set. Ya llevábamos nueve meses de trabajo y rematarlo así, todos juntos en un sitio muy pequeño, fue la traca final. Nos dio mucha pena terminar, porque hemos vivido muchas cosas juntos.

-¿Los actores han hecho piña?

-M.B.: No es que seamos una familia perfecta, pero sí. Somos una familia... con muchas imperfecciones.

-G.A.: Me gusta que digas eso... Porque en esas últimas semanas de tanta intensidad nos acabamos chillando los unos a los otros, como si fuéramos hermanos.

-M.B.: Es que la confianza da asco... Pero yo me he ido con Georgina a hacer cursos de interpretación y nos llevamos muy bien. Pero no siempre... (Ríe)

-¿Cómo viven el fenómeno fan que ha desatado la serie?

-G.A.: Agradecidos, porque significa que el curro ha llegado a la gente. Lo jodido es cuando a los fans no le gusta. Pero hacer un proyecto que tiene éxito y que te paren por la calle porque al público le gusta lo que has hecho mola mucho. Además, yo he tenido mucha suerte porque mi personaje es muy diferente a mí físicamente y puedo meterme en medio de la calle Callao e ir tan pancha. Si voy con alguno de mis compañeros de 'Élite', les paran para hacerles fotos y entonces me reconocen a mí.

-M.B.: Soy muy consciente de que es una muy buena consecuencia de tu trabajo. Hay días que lo aprecias más y otros menos, pero es algo que tienes que colocar en tu vida y saber lo que es. Pierdes la capacidad de observar sin ser observado y empiezas a ser observado sin poder observar. Pero hay que tomarlo con agradecimiento, porque como te pongas a pensar que es una pesadilla, te puede provocar ansiedad. Además, ¿puede haber algo mejor que la gente te pare por la calle para decirte que le gusta lo que haces? Hay pocos trabajos en los que tengan esa suerte.

-¿Habrá definitivamente cambio de 'casting' en la cuarta temporada de la serie? ¿O continuará alguno de ustedes?

-M.B.: Lo único que puedo decir es que el final de la tercera temporada es una resolución muy buena para todo lo que necesitaba terminar. Llega un punto en el que todo confluye en un mismo lugar y termina este ciclo que empezamos en la primera temporada.

-G.A.: Por eso es una temporada más madura e intimista. Los personajes están en el último curso del instituto y les toca decidir qué quieren hacer con su futuro. En esa búsqueda van a tener que tomar decisiones muy importantes cuando hasta ahora han estado viviendo una vida de desenfreno y fiestas, y ahora van a tener que parar todo eso. Sigue la intriga, pero no está la locura de otras temporadas, sino que ves mejor qué le está pasando a los personajes.