Paz Padilla acudió a 'Cuarto Milenio', donde habló de la pérdida de su marido Antonio hace ya un año y su relación con la muerte. "Amo a Antonio con locura y lo voy a amar toda mi vida, porque tuve la suerte de conocerle, de convivir con él. Eso me hace no hundirme con angustia, todos estamos en el camino", expresó, reiterando: "Yo no voy a ser una desgraciada, voy a ser feliz".

La presentadora de 'Sálvame' también confesó algunas experiencias paranormales, como la que vivió con una muñeca vudú que se trajo de África cuando viajó con Jesús Calleja para su programa: "A Jesús no le gustó que el cámara y yo quisiéramos traernos una muñeca de vudú, no quería que jugásemos con esas cosas, pero yo solo lo veía como un trozo de trapo".

Cuando llegó a su casa, "la puse en un altar con otras figuras como la Virgen del Carmen, la mano de Fátima o el ojo turco". Aunque no le dio mayor importancia, todo cambió con el diagnóstico de su marido: "A Antonio le llegó la enfermedad y una amiga mía le echó las cartas y me dijo que lo que le pasaba venía de África, que si no tendría yo algo de África...".

Paz optó por deshacerse de la muñeca: "Me dieron indicaciones de cómo debía limpiar las cosas de la casa, con agua, vinagre y sal, lo rocié todo". Fue entonces cuando ocurrió algo inesperado: "Te juro que lo que te cuento es verdad: quemé la muñeca en un barreño y vino un tornado de viento que hizo que las cenizas de la muñeca empezaran a girar y salieron volando".

Lo que su ahijada dijo cuando murió su marido

Por otro lado, Paz también confesó lo que le ocurrió con su ahijada el día en que Antonio falleció. La presentadora se encontraba en la habitación junto a su marido, su manager y la hija de este, que es su ahijada. "La 'gorda' mira a Antonio, gira la cabeza para arriba, bordea la habitación, vuelve al mismo sitio donde estaba Antonio y dice 'tito Antonio, pececitos, patitos, patitos, patitos, pececitos, tito Antonio...".

Después, Paz quiso saber a qué correspondían los comentarios de la niña de un año y medio, así que preguntó a una amiga biodescodificadora, una rama de la pseudo medicina. "Le explico lo de la niña y me dice: 'Claro, él está en el bardo, entre la vida y la muerte. Para los budistas tiene que pasar un tiempo y ahora él tiene que saber qué hacer en la siguiente vida: si continuar, si transcender...". "La niña veía patitos por qué está como cuando venimos al mundo, en el liquido amniótico, es otro nacimiento. Me dicen que la niña tiene los puertos abiertos", explicó.