El 12 de julio de 1979, el grupo Daisy Jones & the Six ofreció en Chicago el concierto más multitudinario de la historia del rock cuando se encontraba en la cima de su carrera. Nadie sabe los motivos pero fue a partir de esa noche cuando la banda se separó abruptamente y jamás volvieron a juntarse. Éste es el planteamiento con el que arranca la serie Daisy Jones & the Six en Amazon (traducida en España como Todos quieren a Daisy Jones), que se inicia como un falso documental en el que se pretende explorar los motivos que llevaron a sus componentes a separarse cuando se encontraban en lo más alto. Los músicos relatan a la cámara cómo fue su ascenso a la fama y algunas de las vivencias que tuvieron. Falso documental porque ni Daisy Jones, ni ninguno de los miembros del grupo existieron. Estamos ante una serie de ficción.

La banda de Daisy podría competir con otro famoso conjunto ficticio de la historia del cine: Spinal Tap, un grupo imaginario de heavy metal de los 80 en la que ser el batería era estar gafado, con el que Rob Reiner se inició tras las cámaras. La popularidad de aquel falso documental llegó a provocar que los Spinal Tap llegaran a convertirse en una realidad y los actores de la película llegaran a juntarse para dar conciertos.

Consciente de la calidad del material que tiene entre sus manos con Daiy Jones, a Amazon le ha faltado tiempo para ofrecer a través de su aplicación a todos los seguidores de la serie, tanto la novela en la que se basa, como la banda sonora, en la que podremos encontrar verdaderos temazos. La música y la calidad de las interpretaciones de sus protagonistas nos traen una pequeña joya al catálogo de la plataforma de Jeff Bezos que se merece estar entre las mejores series de este año y que seguramente quedará eclipsado por otros blockbusters. El showrunner es Will Graham, responsable de otras series para Amazon como la versión televisiva de Ellas dan el golpe Mozart en la jungla.

La historia de Daisy Jones está basada en una novela escrita por Taylor Jenkins Reid. Al igual que en la serie, la trama va avanzando a través de las entrevistas a los miembros del grupo. Aunque a medida que van pasando los capítulos hay menos entrevistas y más flashbacks destinados a contarnos los años de ascenso hacia la fama de la banda, en un camino sembrado de sexo, drogas y rock and roll. Además nos encontramos durante una de las décadas, la de los setenta, más fascinantes de la historia de la música. Por cierto que me permito, llegado a este punto, recordar la lamentable desaparición de Vinyl, la interesante recreación de la industria musical de aquella época de la mano del cineasta Martin Scorsese, del catálogo de HBO, sin que sea hasta la fecha posible verlo en otra plataforma.

La escritora se inspiró en el romance real entre dos de los integrantes de Fleetwood Mac (Stevie Nicks y Lindsay Buckingham) para contar la historia de Daisy Jones. Al frente del reparto de la serie, contamos con Riley Keough en el papel de Daisy, actriz que canta prodigiosamente, algo que no nos extraña en el momento en que nos dicen que es la nieta del mismísimo Elvis Presley, aunque antes de este papel no había tenido ninguna experiencia musical. Su otro compañero al frente del reparto es Sam Caflin, en el papel de Billy Dunne, a quien ya vimos en la saga cinematográfica de Los juegos del hambre.

Billy es el líder de la banda hasta la llegada de Daisy y que, hasta ese momento, se llamaban los Dunne Brothers, porque la había formado junto a su hermano y otros amigos. Los caminos de Daisy y de Billy se unen por gracia de un avispado productor musical que ve el enorme potencial de los dos músicos juntos en un escenario. No sólo por la química entre ellos, sino porque ambos son iguales, son capaces de ver el alma del otro y lo que pueden dar de sí a la hora de componer sus letras. Una química cuya mayor complicación viene por el hecho de que Billy está casado y no está dispuesto a renunciar a su familia.

Tanto Billy como Daisy tienen caracteres autodestructivos, luchan contra sus propios traumas y unos egos de tamaño considerable, por lo que el choque está asegurado cada vez que discrepan en algo. En el escenario, todo el mundo da por supuesto que hay algo entre ellos, pero su romance es algo un poco más complicado de lo que podría parecer a simple vista y parecen destinados a no estar juntos. De alguna manera, tenemos claro que su tempestuosa historia de amor es la que va a ir minando al grupo desde dentro, hasta ese momento en el que la única manera que tengan todos de seguir con sus vidas es irse cada uno por su cuenta

Daisy Jones & the Six se separan en el momento culminante de su carrera, como muchos otros grupos cuyos miembros parecían los mejores amigos del mundo, casi una familia y, de pronto, se disgregaron. Luego vimos que las cosas entre ellos no eran tan idílicas como nos transmitían. Es algo que hemos visto también con algunas series, donde años después descubrimos que el ambiente en el plató y los malos rollos convertían los rodajes en poco menos que un infierno. A lo largo de los diez episodios, vemos el camino de la banda hacia ese concierto final en el que se supone que todo estallará por los aires. ¿Volverán a juntarse algún día como los Spinal Tap?