El estadounidense Caeleb Dressel dio el primer paso para lograr las seis medallas de oro a las que aspira en los Juegos de Tokio tras contribuir al triunfo del cuarteto norteamericano en el 4x100 libre.

Un pleno olímpico del que se despidió su compatriota Katie Ledecky, que vio frustrado el sueño de sumar cinco oros en la capital japonesa, tras verse superada por la australiana Ariarne Titmus en la final de los 400 libre.

Derrota que todavía es pronto para saber si debe interpretarse como el fin del reinado de la norteamericana, la hasta ahora indiscutible número uno mundial de la natación mundial, que parece haber encontrado en la joven nadadora oceánica la rival de la que había carecido en los últimos años.

Titmus ya sabía lo que era ganar a Ledecky

De hecho, la australiana ya conocía lo que significaba ganar a Ledecky, tras arrebatar a la estadounidense la medalla de oro de los 400 libre en los Mundiales disputados en el verano de 2019 en la ciudad surcoreana de Gwangju.

Un resultado que no pocos achacaron a la enfermedad, nunca especificada, de la norteamericana, que dos días más tarde se vio obligada a renunciar a participar en la final de los 1.500, en la que Ledecky partía con el mejor tiempo de todas las participantes.

Sin embargo, el triunfo de Titmus, tras una espectacular remontada en el último largo, abrió las puertas a una posibilidad hasta entonces inimaginable, la invencible Ledecky era batible.

Tal y como se encargó de confirmar este lunes la joven nadadora australiana, de tan sólo 20 años, al volver a imponerse a Ledecky en la final de los 400 libre.

Cambio de ritmo demoledor

Si en los Mundiales de Gwanju 2019 el zarpazo de la australiana se produjo en el largo final, en esta ocasión el ataque de Titmus se produjo a falta de cien metros para el final.

Un sensacional cambio de ritmo al que no pudo responder Ledecky, que tuvo que conformarse con la medalla de plata, tras concluir a 67 centésimas de Arirne Titmus, que se proclamó nueva campeona olímpica con un tiempo de 3:56.69 minutos.

Dressel reclama el trono de Phelps

Quien no desaprovechó su primera oportunidad para sumar su primera medalla de oro fue el también estadounidense Caeleb Dressel, que llega a Tokio dispuesto a reclamar el trono de la natación mundial vacante desde la retirada del legendario Michael Phelps a la conclusión de los pasados Juegos de Río 2016.

Para ello, Dressel, de 24 años, se ha propuesto ganar seis medallas de oro en los Juegos de Tokio, en los que hoy sumó su primer metal dorado tras contribuir al triunfo del cuarteto norteamericano en la prueba del relevo 4x100 libre.

Una prueba en la que nadie pareció poder poner en cuestión el triunfo de Estados Unidos que nunca cedió la primera plaza en la que se situó tras la posta inicial, precisamente, de Caeleb Dressel.

Circunstancia que impidió ver un duelo directo entre Dressel y el australiano Kyle Chalmers, el único capaz de hacer fracasar los planes de Dressel en Tokio, que nadó la última posta del equipo australiano.

De hecho, fue la prodigiosa actuación de Chalmers, que remontó hasta tres posiciones, lo que permitió a Australia completar con un tiempo de 3:10.22 un podio en el que Estados Unidos ocupó el primer escalón con un marca de 3:08.97 e Italia el segundo con un registro de 3:10.11.

Si a nadie le pudo sorprender el triunfo de Caeleb Dressel y el cuarteto estadounidense, mucho menos la victoria del británico Adam Peaty, el actual campeón olímpico, mundial y continental, que revalidó en Tokio el oro que conquistó hace cinco años en los Juegos de Río en los 100 braza.

Peaty, el único hombre en la historia capaz de bajar de la barrera de los 57 segundos, se impuso con notable claridad, tras firmar un crono de 57.37, en una final en la el neerlandés Arno Kamminga fue segundo con una marca de 58.00 y tercero el italiano Nicolo Martinenghi tercero con un registro de 58.33.

Por su parte, la canadiense Maggie MacNeil confirmó el cambio de guardia en la mariposa mundial, tras proclamarse nueva campeona olímpica de los 100 mariposa con un tiempo de 55.59 segundos.

MacNeil, oro en los pasados Mundiales de Gwanjum, hizo valer su explosivo final para superar por tan sólo 5 centésimas a la Yufei Zhang, que se debió conformar con la medalla de plata, y en 13 la australiana Emma McKeon, bronce con un crono de 55.72 segundos.

No había medallas en juego, pero las semifinales de los 100 espalda femeninos dejaron claro que esta será una de las pruebas de estos Juegos Olímpicos.

Si en las preliminares del domingo la canadiense Kyle Masse, la estadounidense Regan Smith y la australiana Kaylee McKeown batieron por tres veces consecutivas la plusmarca olímpica en el espacio de seis minutos, este lunes en las semifinales la norteamericana Smith volvió a fijar un nuevo tope olímpico.

Smith rebajó en 2 centésimas la plusmarca olímpica que estableció tan sólo un día antes la australiana Kaylee McKeown en esta misma piscina del Centro Acuático de la capital japonesa durante la disputa de las preliminares con un crono de 57.88.