La atleta española Marta Pérez estuvo cerca de conseguir un valioso diploma en la final de los 1.500 metros de los Juegos Olímpicos de Tokio, donde acabó en la novena posición y con nueva mejor marca personal (4:00.12), en una carrera con exhibición de la keniata Faith Kipyegon, que arruinó el segundo oro de la neerlandesa Sifan Hassan.

La medionfondista soriana no estaba entre las candidatas a un podio que se presentaba muy caro y que elevó su precio nada más darse el pistoletazo de salida, con una Sifan Hassan que decidió que se corriese muy rápido desde el inicio.

Pero la española supo mantenerse bien y se quedó en el segundo grupo que pelearía en la última vuelta por los diplomas. Pérez peleó hasta el final en la última recta, pero no pudo superar a la japonesa por 17 centésimas. Sin embargo, su marca, 4:00.12, significa que en Tokio ha bajado en más de cuatro segundos el registro con el que llegaba a la capital japonesa (4:04.88).

En la pelea por las medallas, la batalla estuvo en todo momento entre Kipyegon, Hassan y la británica Laura Muir. Las tres entraron en los 200 metros finales como las candidatas, momento en el que la keniata realizó un cambio de ritmo demoledor que acabó con las opciones de la neerlandesa, que tampoco pudo contener a una valiente Muir. Kipyegon reeditó su medalla de oro de hace cinco años con un tiempo de 3:53.11, nuevo récord olímpico, por delante de Muir (3:54.50) y Hassan (3:55.86).

Kipyegon aprovechó el desgaste de la holandesa, que había marcado el ritmo desde la salida, para rematarla en la contrarrecta y vencer con diez metros de ventaja sobre la británica. Su marca ganadora (3:53.11) es nuevo récord olímpico.

Muir, por momentos descolgada de las dos favoritas, terminó muy fuerte y en la curva dejó clavada a Hassan para colgarse la medalla de plata con récord británico (3:54.50). La holandesa llegó tercera con 3:55.86.

Cuatro días después de ganar el oro en 5.000 metros, Sifan Hassan, nacida etíope, pujaba por el segundo de los tres títulos que se proponía conseguir en Tokio con la esperanza de grabar en la memoria un triplete inédito en Juegos Olímpicos.

Era su quinta carrera en ocho días y tal vez el reto más difícil porque había pasado por dos rondas, y se había caído en la primera, antes de plantarse en la final.

Hassan, campeona del mundo en Doha (también en 10.000, su próximo reto aquí), se enfrentaba a la defensora del título olímpico, Faith Kipyegon, que ha recuperado su antiguo nivel tras ser madre hace tres años y en Mónaco batió ya este año a la multifacética neerlandesa con la cuarta mejor marca de la historia (3:51.07).

A diferencia de carreras anteriores, en esta Hassan tomó la punta del grupo en la primera vuelta para imponer el ritmo que pensaba que le convenía (1:02.84 en el 400 y 2:07.00 por el 800).

A su derecha se colocó Kipyegon, que no se movió hasta el 300, pero cuando lo hizo fue con resultados letales. Corrió el último giro en 59 segundos y venció con mucha holgura.