La gallega Susana Rodríguez y su guía Sara Loehr lideraron una gran y exitosa jornada del paratriatlón español en los Juegos Paralímpicos de Tokio, saldado con tres medallas, una de cada color que sirvieron para impulsar a España en el medallero.

El triatlón vivía su estreno en el Parque Marítimo de Odaiba, donde se registraron unas condiciones muy extremas que pusieron a prueba a todos los participantes, y la 'Paratriarmada' confirmó el potencial que atisbaba, coronado con la medalla de oro de Susana Rodríguez, que firmó una prueba de ensueño junto a su guía, sin dar opciones nadie en la categoría para discapacitados visuales.

En esa misma modalidad, pero en la prueba masculina, también subieron al podio el valenciano Héctor Catalá y Gustavo Rodríguez, que lograron una gran plata, mientras que el carrusel de éxitos lo completó en la categoría de PTS4 de discapacitados físicos el salmantino Alejandro Sánchez. Además, 'Jota' García y Pedro Andújar fueron séptimos en PTVI y Rakel Mateo logró una emotiva séptima plaza en PTS2.

Susana Rodríguez partía como la favorita en su prueba por su condición de número uno del ranking y de actual campeona del mundo y de Europa, e hizo bueno los pronósticos junto a Loehr, su guía con la que apenas había competido a nivel internacional.

Pero ambas dominaron de principio a fin, sin dar opciones al resto de rivales y la triatleta gallega, muy conocida a nivel internacional por su reciente portada en la revista 'Time', pudo cerrar el círculo con la medalla de oro que le falta, un salto cualitativo respecto a 2016 cuando fue quinta.

La triatleta y médico viguesa salió la primera de los 750 metros de natación, con unos segundos de ventaja sobre la canadiense Jessica Tuomela, pero a partir de ahí fue aumentando paulatinamente su distancia respecto a sus rivales. Nadie pudo dar 'caza' a Rodríguez y Loehr que se impusieron con un tiempo de 1:07:15 y con 6:36 de ventaja sobre la plata.

Un peldaño por debajo se situaron Héctor Catalá y Gustavo Rodríguez, que también llegaban entre los candidatos y que supieron ir de menos a más para acabar remontando en la carrera a pie hacia una valiosa medalla de plata, aunque sin poder inquietar a los estadounidenses Brad Snyder y Greg Billington.

El valenciano y su guía salieron novenos del agua e iniciaron la transición de la bicicleta a la carrera a pie en la sexta posición. Sin embargo, ahí mostraron su fortaleza y fueron sobrepasando rivales para finalizar segundos a 55 segundos de los campeones.

En su camino hacia la plata, Catalá adelantó al otro participante español en la prueba, José Luis García. El madrileño y Pedro Andújar empezaron mejor y llegaron a ir segundos en el tramo de bicicleta, pero una penalización y el bajón que sufrió García en la carrera pie les dejó en la séptima plaza.

"Mas que la penalización, la carrera la ha marcado la temperatura. El calor nos ha ido mermando desde la segunda parte de la bici y cuando hemos saltado para correr, el calor me ha pasado factura y aunque Pedro me ha sabido llevar, ya no tenía más. La penalización no ha ayudado porque te corta el ritmo, pero no hay excusas", apuntó 'Jota'.

Alejandro Sánchez abre la cosecha

Finalmente, el triatlón dio una medalla más, un bronce con el que se abrió la jornada en Odaiba y conseguida por Alejandro Sánchez Palomero en la prueba de PTS4 para discapacitados físicos. El salmantino supo aguantar para llevarse un metal, el segundo de su carrera tras el bronce conquistado en Pekín 2008, cuando competía entonces en natación.

El español, que cambió de deporte en el 2014, era otro candidato a medalla y tampoco falló en una carrera en la que fue siempre en posiciones de podio, y donde acabó pagando un tanto su esfuerzo en la bicicleta para abrir brecha.

Segundo tras la natación y la bici, el calor y la humedad hicieron mella en Sánchez que no pudo contener al japonés Hideki Uda en la carrera a pie, aunque supo mantener la cabeza fría para asegurarse la tercera plaza del podio de una prueba dominada con mucha autoridad por el gran favorito, el francés Alex Hanquinquant.

Además, en el Parque de Odaiba también compitió Rakel Mateo en la categoría de PTS2, firmando un óptimo y emotivo séptimo puesto, el mismo que cosechó hace cinco años en Río de Janeiro, pero tan sólo seis meses después de decidir amputarse la pierna izquierda y correr con una prótesis.

"Lloro, pero es de emoción, no estoy triste. Estoy muy contento porque pensaba que no iba a llegar, pero me dije a mí misma que no me iba a decir 'y si lo hubiera intentado'. Han sido seis meses muy duros porque ir en paralelo con la recuperación de la amputación, que aún está muy sensible, y aprender los tres deportes de manera diferente, pero ha merecido la pena", subrayó tras cruzar la meta.

La vizcaína, ovacionada por el público y rivales cuando acabó su prueba, admitió que tras la operación "a lo mejor" decidían no traerla porque era "muy reciente", pero agradeció sentirse "apoyada". "Y eso me hacía seguir hacia delante. Pensaba que nadaría y terminaría, pero cuando aprendí a hacer los tres deportes, mi sueño cambió y quería pasar esa meta. Ha sido un regalo más grande que el de poder estar", remarcó.