Hace ya más de diez años que se aprobó el Pan Hidrológico Nacional (PHN) incluyendo una serie de inversiones entre las que se encontraba una bajo el epígrafe de Presa de regulación del Almonte y abastecimiento a Cáceres . Mucho ha llovido y algún ciclo de sequía hemos tenido desde entonces, a día de hoy todavía no se tiene una fecha cierta para la finalización de las obras del trasvase de Portaje, que según los recién aprobados Presupuestos la retrasan al menos hasta 2016, lo que supone otra demora más, esta de 4 años con lo que si esto se cumple las obras estarán terminadas 15 años después de la aprobación del Plan Hidrológico Nacional.

La actuación incluida en el PHN de la presa del Almonte es de las consideradas de libro: un único punto de consumo de recursos, agua, energía, personal, etcétera. Un sistema formado por la presa y la impulsión, con costes de explotación predecibles y controlables, esta solución se abandonaría en 2004, utilizando como argumento unas más que discutibles afecciones ambientales, y se opta definitivamente por la solución del trasvase desde la presa de Portaje, distante 70 kilómetros de la capital cacereña, con una conducción que dejará atrás dos ríos, entre ellos uno de los más importantes de la vertiente atlántica, tomando el agua de un pequeño embalse, que a su vez hay que alimentar elevando el agua 105 metros desde un canal de regadío, de funcionamiento intermitente, según necesidades de riego y producción de energía, que tras pasar la presa de Portaje aún serán necesarias otras dos elevaciones, una de 120 metros y otra de 75 hasta un total de 297 para al final acabar vertiendo el agua en otro embalse, donde se perderá calidad y cantidad. En principio este proyecto no parece que sea la mejor solución, a pesar del buen trabajo realizado por los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), promotor del mismo para justificar y dar forma a esta alternativa, desde luego muy alejada de las mejores prácticas de ingeniería, y de los más elementales criterios actuales de Planificación Hidrológica, donde priman los objetivos medioambientales de protección y el principio de recuperación de los costes relacionados con el agua, incluidos los ambientales.

XLA INVERSIONx final será de a todas luces muy superior a la de la solución de la presa, y muy superior a la inicialmente presupuestada para el trasvase y que según el Periódico Extremadura de 4 de abril rondará los 55 millones de euros, con un incremento del 28,25% sobre los 40 millones de euros en los que fueron adjudicadas las obras. Estos desvíos simplemente denotan una falta de planificación, y una cierta precipitación en la elección de la solución del trasvase, aunque parece chocante hablar de precipitación en la decisión para unas obras que se pondrán en funcionamiento casi veinte años después de su concepción. A estos costes hay que añadir otros 2,8 de la presa de Portaje (1986) con el modelo financiero escogido para la amortización de la inversión apoyado en los conceptos de canon de regulación y tarifa de utilización del agua (ambos establecidos en la ley de Aguas), la CHT repercutirá el 25% de estos costes al ayuntamiento a razón de 2,5 millones de euros anuales durante 25 años, que habrá que trasladar al recibo del agua. Si hacemos un sencilla regla de tres concluiremos que la incorporación del canon de concesión de 30 millones de euros ha supuesto un incremento de tarifa del 60%. Con 55 millones de euros más la subida adicional será del 100%, lo que situaría el agua en Cáceres a precios prohibitivos.

La única ventaja que traerá el retraso es que si este proyecto entra en funcionamiento en 2016-2017 es justamente este último año cuando las cuentas de la concesión del agua de Cáceres entran en positivo, lo que puede dar lugar a una cierta holgura en la asunción de los costes, aunque no exime de la subida de tarifa y siempre a pagar por los usuarios.

Este nuevo retraso agravará la fragilidad del sistema de abastecimiento de aguas de la segunda ciudad de Extremadura dependiendo, si las lluvias no lo remedian, cuatro años más del bombeo del Almonte. Con esto solo cabe pensar que el trasvase de Portaje responde a una falta de previsión y a enmendar errores del pasado, más que a satisfacer las necesidades de abastecimiento de agua de Cáceres, que como cualquier ciudad necesita agua de calidad pronto y a precios razonables, y si alguna vez esta faraónica obra llega a su fin traerá agua pero sin duda será tarde y a precio de oro .

*Ingeniero Técnico de Obras Públicas,

Ingeniero de Caminos Canales y Puertos.