Los más señalados expertos en variabilidad psíquica y cambios de la sensibilidad corporal vienen afirmando desde hace tiempo que una de las sensaciones más desagradables, fastidiosas y enervantes que nos puede invadir, es la sensación de asco, de repugnancia; pues produce en nuestro cuerpo un revulsivo interior que afecta a todos nuestros sentidos y sentimientos. Lo que podríamos llamar "nauseas": agitación y desequilibrio interior producido por el impacto de los malos olores, con presencia de lo corrupto, de lo podrido y de lo absurdo, de lo insustancial y de lo ilógico, como caldo de cultivo de nuestra propia existencia social.

Como cuando el bueno de Roquetín , en su insustancial vida --vacía y solitaria, en la ciudad de Bouville , como lo refleja Jean Paul Sartre en su conocida novela filosófica-- descubre que la existencia de los hombres civilizados no es más que falsedad, apariencia, mentiras y engaños que llevan al mundo surrealista y desconcertante en el que todo está manipulado y retorcido. "La civilización ha conseguido más refinar los vicios y ambiciones que perfeccionar a las virtudes". Los mejor "educados" en colegios extranjeros son los que conocen más trucos y atajos para defraudar, engañar y amasar fortunas en los márgenes de la ley, burlando incluso a la justicia.

XCUANDOx en estos tiempos desdichados leemos las informaciones acerca de nuestro mundo en los periódicos o a través de las pantallas TV, sentimos en el estómago una cierta "nausea", un desagradable "tufo" a podredumbre, que nos desconcierta y aturde; pues choca vivamente contra el "parapeto" de valores y virtudes que intentaron inculcarnos desde nuestra juventud.

Desde niños nos enseñaron --quizá con excesiva ingenuidad-- que los hombres eran buenos por naturaleza, honrados, caritativos y dispuestos a la defensa de la Patria y del bien común, para merecer el premio eterno de la salvación. ¡Todos deberíamos hacer méritos; para que, cuando llegásemos a la plenitud de nuestras personas, los demás confiasen en nosotros, si queríamos ser respetados y que nos confiasen la administración pública y la defensa de los valores en los que se apoyaba la sociedad!. ¡Patético desengaño¡

XLEYENDOx la prensa diaria te saltan a la cara todas las basuras y deyecciones de la corrupción política, de la desvergüenza financiera, de la hipocresía funcionarial; que se van remansando y olvidando con el paso de los días, a medida que la burocracia judicial o la inoperancia de los defensores del Derecho los van depositando en los vertederos marginales --en los cajones de los despachos-- en los que ya nadie va a revolver; a menos que sea para recurrir una sentencia condenatoria --"rara avis"-- contra los culpables.

Los "vertederos" de inmundicias corrompidas ya están hasta los bordes; y como no son "reciclables" --al menos por las tecnologías actuales para llevar a cabo este proceso-- se seguirán pudriendo durante años entre las nauseas de unos y las incurias de otros.

¡España siempre fue un país increíble¡: "Spain is diferent"; proclamaban viejos carteles de publicidad turística que, junto a los valores y bellezas de nuestro patrimonio natural y cultural, denunciaba también las incoherencias políticas de aquella absurda dictadura y la profunda corrupción que reinaba en los ambientes más característicos de su administración y de su economía.

No es de ahora la "nausea española". Ya hace siglos que los filósofos, pensadores, escritores y hombres de razón que siempre hubo entre nuestros grandes comunicadores, se dedicaron a denunciar, criticar y hasta "sainetear" en sus obras la abundancia de golfos, estafadores, sinvergüenzas y ladrones que terminaban por ocupar los estrados y parlamentos del gobierno. Pero esta situación podría haberse cambiado --si hubiera habido voluntad para ello-- cuando en los años 70 se intentó hacer una "transición" auténtica y verdadera, a la democracia, a la honorabilidad y a la trasparencia de los futuros líderes de la vida nacional.

Después de 400 años siguen estando vigentes aquellos dolorosos versos de Quevedo :

"El mayor ladrón de España,para no morir ahorcado,se vistió de colorado...