TAtSimón García Bermejo se le ha ofrecido un homenaje en el Gran Teatro de Cáceres, el pasado sábado día 25 de abril. Cuatro horas duró el concierto que le dedicaron más de treinta artistas del cante, el baile y la música venidos de Extremadura y otros lugares de España. Nadie del público se levantó de sus butacas durante todo ese tiempo, dado lo atractivo y la gran altura de lo que fue un concierto de los grandes por la calidad de los participantes.

Los homenajes mejor es hacerlos estando los interesados en vida, así verán el resultado de lo que han hecho a través de su existencia y lo disfrutarán. El Niño de la Ribera pudo constatar con las actuaciones de todos y cada uno de los intervinientes, y del teatro lleno, además de la calidad de los mismo, el cariño sentido expresado hacia él.

XESTABAMOSx en el año 1993 en unas Jornadas de la Federación de Municipios, en Madrid, y el Niño de la Ribera cantaba en la Carcelera, una de las salas de conciertos y cante flamenco de más solera del Madrid de entonces. Convencí a unos compañeros cacereños y allá nos fuimos, al sótano de una calle del barrio de Malasaña, donde se ubicaba la Carcelera.

Cantaba Simón el Niño de la Ribera, nuestro amigo de "Cáceres de toda la vida". El Niño de la Ribera, de amplio cante, el que según los entendidos dicen que desde la soleá, a las malagueñas, y los cantes de Levante, tiene y domina un amplio repertorio de fandangos personales y de Huelva, destacando por su conocimiento de los cantes extremeños, que siempre lleva en sus actuaciones. Y allá nos fuimos para apoyar con nuestra presencia a quien el pasado sábado se le ha ofrecido un merecido homenaje por su larga trayectoria.

Simón García Bermejo, el Niño de la Ribera, al que por primera vez, Cayetano Polo Garrudo "Polito", el locutor más representativo y muy querido de las emisoras de radio cacereñas, llamó por primera vez "Niño de la Ribera" con apenas diez años de edad y desde entonces con ese nombre ha paseado su arte y cante por tierras de dentro y fuera de España, convirtiéndose en un reconocido representante de lo nuestro allá por donde ha ido.

XERA UNx día de otoño y allá fuimos, al Barrio de Malasaña, a la Sala La Carcelera. 500 pesetas nos cobraron por una jarra de vino y un caldero de migas, que degustamos mis compañeros y yo con gran complacencia y que pagamos a "escote" entre los cinco que allí estábamos. Al salir Simón, que no esperaba que un grupo de paisanos, concejales del Ayuntamiento de Cáceres, iban a estar arropándole en aquel recital, se le notó la sorpresa y el agradecimiento en la cara; se sentía más acompañado.

Su recital de buen cante flamenco consiguió que todos los asistentes salieran encantados y aunque el Niño de la Ribera no ha vivido del cante, la verdad es que se le puede considerar figura muy representativa del flamenco, y su labor la puso de manifiesto allí donde le llamaban, ya fuera en su Aula del cante, por la que han pasado muchos de los jóvenes que ocupan los escenarios del flamenco en la actualidad, y a los que Simón enseñó el mismo arte que derramó desde su juventud en tablaos, tabernas y ferias de Extremadura. Cuantas veces recuerda sus actuaciones, acompañando a los más grandes de la historia del flamenco: Marchena, Pepe Pinto, la Niña de la Puebla, Mairena, Porrina o Camarón entre otros.

Simón García Bermejo, con su familia, tuvo una huerta en la Ribera del Marco cacereña. Es un extremeño de los de "Cáceres de toda la vida".