Jugando con la vida de los opositores

Han sido muchas las promesas incumplidas que se firmaron ante notario. Pero hay una, por encima de todas, que clama al cielo, o al menos pretende crear cierta aura de tal esencia. Estribillo celestial para quien lo pronuncia y bofetada de realidad para quien lo escucha. «Hay que cuadrar las cuentas sin destrozar la vida de la gente». Y año y medio después, cuentas descuadradas y muchos proyectos personales y familiares en el limbo, que no en el cielo.

En el mismo limbo en que parece encontrarse la Consejera de Educación y Empleo, a la que no se le da bien la gestión de ninguna de sus competencias.

En Empleo, somos los campeones del paro, y en Educación, a la ruptura unilateral del consenso, se suman las sentencias contra sus decisiones y la reiterada de un decreto que discriminaba a los alumnos o la alarma generada ante su proyecto para desmantelar la educación concertada.

Su falta de sentido común le han llevado a gestionar con irresponsabilidad la convocatoria de las oposiciones en Extremadura. La señora Esther Gutiérrez, quien ahora alude a la necesidad de conocer los presupuestos generales para hacer esta convocatoria, conocía desde el principio esta circunstancia y, aun así, eligió el camino que no lleva a ninguna parte: hacer anuncios, enredar, vender titulares y buscar culpables a sus propios errores. Cinco versiones para acabar donde acaban todos los problemas de este gobierno: la culpa es de Rajoy.

No se puede jugar con el esfuerzo y las ilusiones de quien tanto tiempo y trabajo le ha dedicado a preparase su futuro, por el capricho político de una consejera.

La situación es insostenible. Hay un total desgobierno en una consejería que es vital.

La EPA ya nos dice cómo va la gestión del Empleo. Y todos estos líos, nos alertan de hacia dónde va la Educación, de la que depende el futuro de nuestra región. No podemos seguir esperando a que el presidente encuentre el momento ideal para anunciar cambios en su gobierno.

* Diseñadora gráfica y diputada del PP