No lo digo yo, lo dicen los informes internacionales, las estadísticas, los números y las matemáticas, nunca mejor dicho.

En su último estudio, la Unesco destacó que solo en las etapas de Infantil y Primaria en España se necesitará de 100.000 a 500.000 nuevos docentes entre la cobertura de las plazas de nueva creación como para cubrir las jubilaciones de los próximos 12 años.

Y es que como recaba el Consejo Escolar del Estado en el informe de 2017 en referencia al curso 2015/16, un 34% del profesorado, hace ya tres años, tenía más de 50 años, el 30% entre 40 y 50 años, el 28,9% edades comprendidas entre 30 y 40 años, y solo el 7,1% tenía menos de 30 años, destacando en este tramo Ceuta, Extremadura y Canarias en las etapas de Infantil y Primaria, en ese orden y en Secundaria, Extremadura, Castilla-La Mancha y Galicia.

Pero el problema de escasez ya no es el número a necesitar en un futuro, es que a día a hoy especialmente en Secundaria, no hay profesores.

De hecho existe una necesidad imperiosa de profesores de Ciencias, particularmente Matemáticas, en todo el Estado.

Los titulados, en general, que optan por la docencia se enfrentan a los tiempos, las plazas y el elevado coste económico para reunir los requisitos, pues una vez titulados hay que cursar el máster habilitante, MESO, en el caso de Secundaria, un año y dependiendo, con un coste medio de 2.000 euros, o el Cofpe en el caso de Técnicos, medio año y unos 1.000 euros.

Otro problema añadido es que no todos pueden cursar la habilitación por el escaso número de plazas que se ofertan.

Eso para estar habilitado, luego deben ingresar a través de oposición, a la plaza, a las listas de espera o bolsas y extraordinarias.

Cataluña por ejemplo optó por contratar docentes de Matemáticas sin el máster habilitante, pero basta con echar un vistazo a la holgada oferta en bolsas de trabajo, listas extraordinarias o bolsas horarias para darse cuenta del problema.

Solo políticas de jubilación anticipada retribuida en Infantil y Primaria, sumado en Secundaria que las universidades aumenten las plazas, disminuyan el coste de las certificaciones habilitantes, MESO o Cofpe, aliviarían el problema. Pero sobre todo, y antes que todo eso, dignificar la profesión docente, laboral, salarial y socialmente, a ver si en estas elecciones algún partido se da cuenta por fin de la importancia del profesorado para la calidad de la enseñanza.