En esto de los colores confieso que me pierdo. En su combinación, me refiero. No sé qué pega con qué; si se matan o se quieren. Un desastre en suma en la conjunción de colores a la hora de combinar las prendas de arriba y abajo. Pues en política, de un tiempo a esta parte, me pasa un poco lo mismo: no sé si el naranja pega con el azul o con el rojo. Si se matan o se quieren. Pero, visto lo visto, no soy el único. A José Antonio Monago le pasa lo mismo y esta semana ha pedido a los naranjas, a Ciudadanos me refiero, que se definan antes del 26M para ir sabiendo a qué atenerse y, según él, que los votantes conozcan de antemano a dónde van a ir a parar sus votos. En resumen, si quieren una alianza con el color azul y el color verde como ha pasado en Andalucía (y parece que ocurre a nivel nacional después de que Rivera haya dicho que está dispuesto a todo menos a pactar con Pedro Sánchez), o pretenden arrimarse al color rojo, es decir, al PSOE de Guillermo Fernández Vara.

Ya vengo diciendo de un tiempo a esta parte que, sabiendo que en Extremadura no va a haber mayorías absolutas, Ciudadanos va a jugar un papel fundamental en la conformación del futuro gobierno. El PP requerirá de ellos seguro si quiere llegar a la Presidencia de la Junta, así como de Vox si pilla representación y le quita escaños por la derecha. Pero es que el PSOE, con la caída de Podemos, no va a tener más remedio si no suma con los morados. De repente, parece que el naranja combina con todo, sea a tres bandas sea a dos solamente.

Ciudadanos ocupa de repente la centralidad. A pesar de su escoramiento a la derecha a nivel nacional, en Extremadura se muestra capaz de disputar el voto en todas las fronteras electorales. Porque la formación se ha preocupado muy mucho de posicionarse en contra de Pedro Sánchez (en teoría por su acercamiento a los independentistas) pero ha aclarado que eso no vale para lo autonómico. De hecho, su recientemente designado candidato para Extremadura, Cayetano Polo, vio de lejos la jugada de Monago buscando una definición pre-electoral y no cayó en la encerrona. «Ciudadanos no habla de pactos porque estamos convencidos de ganar», sentenció sabiendo de antemano que una victoria es imposible, pero dejando abiertas todas las puertas.

La dirección nacional de Ciudadanos, al final, tuvo que meter mano en Extremadura y poner orden. Con dos candidatos ‘in pectore’, una en la Asamblea como única diputada autonómica de la formación (Mª Victoria Domínguez) y el otro como portavoz del partido (Cayetano Polo), era evidente que no se podían afrontar dos convocatorias elecctorales. Esta bicefalia no era operativa y obligaba a unas primarias en las que podía sufrir la formación y dilucidarse el candidato por un puñado de votos. El acuerdo entre ambos no ha trascendido, pero ha provocado que Cayetano Polo sea el candidato a la Junta y Mª Victoria Domínguez ya se verá. La convocatoria de generales antes que las autonómicas ha hecho que cambie el contexto y haya otros puestos que cubrir, entre otros los de candidatos o candidatas por Cáceres y por Badajoz al Congreso de los Diputados donde están en juego hasta 10 escaños. Hasta ahora se los repartían el PP (5), el PSOE (4) y Podemos (1). Pero ¿y ahora? ¿Ciudadanos tendrá hueco? Todo hace entrever que sí.

Volviendo a lo autonómico, todo va a depender del resultado que obtenga cada formación. La política endiablada en la que vivimos hace que lo post-electoral sea aún más complicado que las propias elecciones. Porque ya no vale aquello de que gobierne la lista más votada que decía el PP en 2015. Desde la moción de censura de Sánchez y las elecciones andaluzas, ha quedado claro que todo se puede hablar con los resultados encima de la mesa. Así pues, cada formación debe empeñar sus fuerzas en obtener el mejor resultado posible movilizando a su electorado afín. Será la única manera de pillar una buena baza con la que, al día siguiente, jugar la partida por la Presidencia de la Junta. No es lo mismo sentarse a hablar con el de enfrente con el 40% de los votos en la mano que con solo el 20%. Y el que tiene que prestar su apoyo-bisagra, no es igual negociar con una formación que tener que hacerlo con dos.

Lo que parece claro es que el próximo gobierno extremeño será algo nuevo. No tendrá un solo color como hasta ahora. Como mínimo será bicolor y quién sabe si tricolor. Veremos.