Parece inminente la remodelación de la denominada plaza de San Andrés por encontrarse en ella la parroquia de ese nombre, pese a que está dedicada a Cervantes, para convertirla en plataforma única, restaurando tambien el precioso empedrado portugués. En medio de la plaza se encuentra una estatua que no pertenece precisamente al ilustre autor del Quijote sino al insigne pintor extremeño de Fuente de Cantos Francisco de Zurbarán.

La plaza se construyó a finales de 1800 y la estatua en bronce de Zurbarán es obra del pintor y escultor Aurelio Cabrera Gallardo (Alburquerque, 1870; Toledo, 1936) que la donó al Ayuntamiento de Badajoz como agradecimiento a la formación adquirida en la actual Escuela de Artes y Oficios. Fue instalada, con la colaboración de artistas extremeños, el 28 de agosto de 1932 sobre un pedestal de mármol realizado por Ángel Zoido, rodeado el monumento de un jardín de forma ovalada con un pequeño estanque y una fuente. La primera y original se instaló en Sevilla, ciudad a la que estuvo muy vinculado, con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929, ubicada actualmente en la plaza de Pilatos sobre un pedestal en el que se encuentran esculpidas en sus cuatro caras: Santa Casilda (cuadro de Zurbarán), el escudo de Fuente de Cantos (su pueblo natal), la Torre del Oro y el Arco de la Macarena. El de Badajoz es completamente liso. Una réplica de la estatua se instaló en Fuente de Cantos el año 1934. Estuvo situado el monumento en el denominado altozano y desde hace muchos años en el paseo paralelo a la carretera nacional.

Pues bien, aprovechando esa remodelación de su entorno en Badajoz sugiero a quien corresponda corrijan las fechas de su pedestal (1598-1662), puesto que Zurbarán falleció en Madrid el año 1664, es decir, dos años después, a los 66 años de edad, la misma en que murió el escultor Aurelio Cabrera.