El día de las elecciones, Manuela Carmena se apocó ante los resultados y anunció que se retiraba de la política, aun habiendo ganado las municipales de Madrid. «Sabemos que no podemos gobernar y que no voy a seguir siendo alcaldesa», dijo. Y añadió -ni triste ni condoleciéndose- que dejaba la política. ¿Acaso la edad (75 años) le impelía tomar una decisión tan precipitada? Es posible, porque hay quienes saben, sabiamente, cuándo es el momento de retirarse, no ya solo de la política sino de todo, y no solo por edad sino por cualquier otro motivo. Pero he aquí que Carmena, tres días después de las elecciones, decidió desdecirse de lo que dijo, renunciando así a su renuncia, y anunciaba que va a intentar seguir siendo alcaldesa. No depende de ella, desde luego. Depende de si el partido de Albert Rivera va a ser tan servicial en Madrid con el partido de Santiago Abascal como lo fue en Andalucía.

Por su parte, Ángel Gabilondo, que también ha ganado las elecciones en la Comunidad de Madrid, no se resigna a que la centroderecha sume sus votos para hacerse así con el gobierno autonómico y, dado que voluntad e inteligencia no parecen faltarle a Gabilondo, se ha propuesto hablar con todos los partidos para negociar su investidura. Lo hará incluso con los partidos rivales que han obtenido representación parlamentaria. Es razonable. No solo por ser el más votado, que es lo que importa, sino porque Gabilondo se sabe moralmente obligado a intentar que el socialismo, por primera vez después de 32 años, gobierne la Comunidad de Madrid. Tampoco dependerá de él, claro, sino del escindido del partido de Pablo Iglesias, o sea, Íñigo Errejón, así como de la abstención del partido de Albert Rivera. Pero no hay que subestimar nunca la sabiduría de quien no es solo un catedrático más de Metafísica.

Ocurra lo que ocurra, en fin, parecen noticias capitales para la izquierda en Madrid. Ni Carmena se da por vencida ni Gabilondo se resigna. No podía ser de otro modo, pensarán sus votantes. Desde luego. Y entre esos votantes está Raquel Martínez Prieto, que inspiró este artículo y a quien es de justicia dedicárselo.

* Funcionario