Yesterday, la película de Danny Boyle, es una oda a la gente normal, y por eso funciona tan bien. Ya lo fue Amadeus de Milos Forman, en la que el protagonista es Salieri y no Mozart. Músicos hay a patadas, buenos músicos a millares, pero genios del pentagrama muy pocos, y grupos como Beatles solo uno en la historia. El filme también pivota sobre una idea básica: la vida sin la música de los cuatro de Liverpool sería muy distinta, más aburrida, más gris. El planteamiento de la trama es brillante: un cantautor del montón sufre un accidente tras un apagón mundial. El resultado es que todo el planeta -menos él- ha olvidado las canciones de los Beatles. Él solo tiene que agarrar la guitarra que le han regalado y triunfar estupefacto. El filme plantea el dilema moral del plagio y dibuja el síndrome del impostor con acierto, aunque pasa un poco de puntillas sobre él. Hay una historia de amor que revolotea y cierto aire de ‘pastelón’ inevitable. No hay buenos ni malos, y hasta los villanos de la industria musical son dibujados con trazo grueso. Pero lo cierto es que la película funciona, igual que ya funcionaran otros filmes del director como Trainspotting y Slumdog Millionaire.

Además, la trama es la excusa perfecta para volver a escuchar las canciones icónicas de la mano de un actor-cantautor, Himesh Patel, del que tengo la sospecha de que se está interpretando a sí mismo. Y con la música de Lennon y McCartney todo va sobre ruedas. Será un descubrimiento para quienes no conozcan el grupo y una gozada para quienes ya saben de sus efectos en el ánimo humano. Además parece que los Beatles que aún viven han expresado en cartas dirigidas al director su beneplácito con esta película, que es un excelente cover versions. En estos tiempos de mediocridad, de vuelta a la caverna -y no a la de Liverpool precisamente- esta película es muy recomendable de ver porque inyecta en vena algo que todos necesitamos y que remachaban las canciones de Lennon y McCartney: amor y esperanza. Refrán: All you need is love.