Reconozco mi ignorancia sobre lo rural. Algo así como sentirse como un pulpo en un garaje cuando, al llegar a un pueblo cualquiera, tienes que aprender en tiempo récord los códigos del lugar que visitas. Creo que es una tarea más complicada que aterrizar en Nueva York y darse a entender a los americanos que, dicho sea de paso, son de lo que menos hay porque abundan más los extranjeros, con papeles o sin ellos. Les cuento esto porque me resulta un ejercicio enriquecedor pisar esos municipios extremeños que poco tienen que ver con las ciudades si no fuera porque la vida siempre la hacemos las personas, llenando calles o plazas, empresas o tiendas, llevando a los niños al colegio o buscando un parque donde jugar con ellos.

Hace unos días estuve en Talayuela, ese municipio cacereño del Campo Arañuelo donde los campos son tabaco y las nacionalidades, como Nueva York, son variadas. Había niños magrebíes por las calles, con sus padres: ellas, con la indumentaria que por su cultura esconde el cuerpo de la mujer; ellos, con el pelo corto y la tez morena de trabajar en el campo donde el tabaco es oro. Le pregunté a Ismael, su alcalde, si la despoblación se había convertido en un problema para el municipio, ese gran reto que tienen ante sí en el medio rural para frenar que los pueblos no se vacíen. Y Talayuela, con más de 7.000 habitantes, era un ejemplo de cómo el trabajo hace que la gente se asiente y no emigre. Y también un ejemplo de convivencia al ver en una plaza en fiestas a vecinos de distinta procedencia disfrutando de la verbena de verano.

Seguro que estas reflexiones no pueden aplicarse a esos otros municipios que se desangran porque se han ido vaciando. Ante ello, está el gran reto de superar el escollo y conseguir dar estabilidad al ámbito rural. Es, quizá con el fomento del empleo, una de las principales tareas de nuestros políticos en este tiempo. Ojalá haya buenas demostraciones que, como la de Talayuela, permitan confiar en un futuro mejor para nuestros pueblos. Aunque, de momento, solo me considero un aprendiz de cómo se vive en ellos, con las luces y las sombras de cualquier ciudad con mayor población.

* Periodista