Pasear, comer con amigos, llevar al colegio a los hijos, trabajar en el despacho o arrancar el coche…; algo tan cotidiano e inofensivo como eso, para algunos fue el escenario de su asesinato. Delante de sus amigos, de su familia, de sus alumnos, trabajando, murieron por un tiro en la nuca o por una bomba.

Lo recuerdo todo como si fuera ayer. Las imágenes siguen inalterables en mi memoria y así debe ser. Aquel horror del que nos informaba el telediario, está impreso en mi cabeza, en mi corazón, en mi alma. Personas inocentes y valientes en todos y cada uno de los casos. Aún duelen las matanzas, por más que a los que las provocaron se les quiera llamar ahora «hombres de paz», y aún siguen asesinos sueltos, mientras sus víctimas yacen bajo tierra o mutilados de por vida. Víctimas fueron los asesinados, los heridos, y víctimas fueron sus familias y amigos, que merecen el recuerdo continuo, el homenaje y la ayuda de toda la sociedad.

Por eso, el Partido Popular tenía el compromiso de que la primera ley que propusiera en esta legislatura fuera la de apoyo a todos ellos. Y así se ha hecho, alcanzando además sin alharacas el consenso necesario para su aprobación. En el pleno de la Asamblea de Extremadura, ayer jueves, se aprobó la Ley de Apoyo, Asistencia y Reconocimiento a las Víctimas del terrorismo de Extremadura (permítanme la licencia ortográfica de conceder mayúsculas a todo, menos a la barbarie). Una ley para dar apoyo a todos aquellos extremeños que sufrieron, y sufren todavía, las consecuencias de aquel terror.

En estos tiempos en los que se pretende difuminar la línea que separa el bien del mal, que se tiende a igualar a unos y otros en aras de derechos que se negaron a las verdaderas víctimas, que se busca justificar o menguar la importancia de los hechos, es cuando más importancia tiene dar claridad, visibilidad y memoria a todos los que sufrieron por ese terrible daño; es cuando más necesario se hace evitar lo que ahora llaman equidistancia y que no es otra cosa que excusar, por interés, lo injustificable.

Sirva esta ley para aportar a este objetivo la contribución de Extremadura, que tantos muertos y heridos sufrió. Sirva para ayudar a los vivos y recordar a los muertos. Sirva para que los jóvenes y las generaciones futuras sepan que muchas personas murieron y sufrieron por defender la libertad de la que ahora disfrutan.

* Ingeniera agrícola, diputada del PP