DIGNIDAD HUMANA

Arma inteligente

Luis Cabaneiro

Durante siglos hemos aprovechado la inteligencia para alcanzar logros aún hoy difíciles de asimilar, pasando de buscar alimento haciendo frente a depredadores a correr con un Ferrari haciendo frente a todo si lo podemos pagar. Pero de la misma forma que nos ha permitido abandonar las cuevas recoloca a algunos en aceras, sin techo ni protección contra quienes queman a su presa por diversión. Gracias a ella somos capaces de enviar una nave a la luna o de curar enfermedades antes mortales pero somos incapaces de ofrecer todavía a muchos seres humanos lo imprescindible para garantizar su dignidad sin tener que depender de la incómoda caridad, por arrojar comida aprovechable al contenedor por comodidad, por acaparar fortuna para disfrutarla hasta la sexta generación. Gracias a ella también hemos descubierto que su uso sin prudencia produce síntomas semejantes al abuso de drogas, descontrol general por necesitar cada día más para vivir cada vez peor. Pero hoy, el ser humano está en guerra con un virus que la empezó a perder cuando la inteligencia adoptó la estrategia de quedarnos en nuestros hogares hasta nuevo aviso para facilitar el trabajo a la ciencia y la inteligencia la aceptó para vivir.

CRISIS DEL CORONAVIRUS

Dediquémonos a lo importante

Nélide Garimez

Escritora y mediadora

Otro día de cuarentena, un día más de incredulidad. ¿Cómo nos ha podido pasar esto? Esta desgracia nos ofrece la ocasión de mirar hacia dentro. No la desperdiciemos, rebusquemos en el interior de nuestras despensas y gavetas de cocina para rescatar esas latas olvidadas y ahorrarnos un paseo prohibido de avituallamiento.

Nos sobran ahora los momentos para recolocar los atiborrados armarios y descargar las perchas y las baldas de prendas desestimadas por la moda, o la talla y preparar unas bolsas para entregar a quien lo va a necesitar, aún más, después de esto.

Tenemos en estos días tardes y sobremesas para repasar esas fotos y volver a saludar a los que se retrataron con nosotros en aquel verano de hace tanto que ni lo recuerdo. Aprovechemos los vacíos de nuestras agendas para dedicarnos a lo importante y a acompañar a nuestros mayores como podamos, por WhatsApp, por teléfono, por Skype o con el pensamiento. Meditemos en estos ratos superfluos cómo ayudar a otros cuando podamos ofrecer nuestras manos; incluso sin tocarnos algo podremos hacer, pensemos en ello. No desaprovechemos estos instantes, que se nos hacen eternos, para buscarnos a nosotros mismos, reencontrémonos con nuestras ilusiones de antaño, con nuestros sueños pospuestos por las prisas de estos tiempos. A lo mejor, o con suerte, no viviremos otra ocasión como esta para mirar hacia dentro.

ESTADO DE ALARMA

¿Por qué no pueden abrir las droguerías?

José María Monteserín Molano

Cáceres

Soy propietario de la Droguería Jose Mari, en la calle Hermandad de Cáceres, y tras el real decreto 463/2020, transcribo parte: ...a excepción de los establecimientos comerciales minoristas..., productos higiénicos... Entendí que puesto que mi actividad está contemplada (alcohol, papel higiénico, guantes, desinfectantes, lejías...), debía abrir mi establecimiento minorista. Me conminaron a cerrar, pues en caso contrario me multarían. Intenté explicarles que conocía casos de otras localidades y ciudades en las que estaba contemplada como excepción y por tanto permitida la apertura, pero insistieron en que las órdenes que habían recibido eran las que me comunicaban.

Rogaría a quien haya tomado la decisión sobre el cierre de droguerías, se replanteara la necesidad de apertura de las mismas. Podríamos dar un buen servicio a la población, dispensando los mencionados productos. No tengo empleados, el riesgo de contagio sería mínimo. Mi empresa está situada en una zona en la que no se necesita vehículo, no se producen aglomeraciones. Las medidas de seguridad las cumpliría estrictamente.