España se adentra en los días más difíciles de la pandemia y llega con el sistema sanitario al límite: las uci al borde de la saturación, las plantillas de los profesionales de la salud diezmadas por el virus y una escasez dramática de material de protección. El covid-19 ha pillado a Europa sin la preparación suficiente. Mientras la epidemia se extendía por China y otros países asiáticos, ni la UE ni sus estados tomaban las medidas suficientes para abordarla. Tampoco se estudiaba la colaboración y la cooperación entre gobiernos. Ahora, con la pandemia encima, solo queda actuar contra reloj.

La falta de material se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza. «Casi todos los países europeos parecen haber sido tomados por sorpresa y esto debe ser una lección para el futuro», afirmó Janez Lenarcic, comisario europeo para la gestión de crisis. Ante la urgencia, la Comisión Europea ya ha anunciado un programa de compra de reservas de respiradores, mascarillas reutilizables, vacunas y suministros de laboratorio que pondrá a disposición de los países que más lo necesitan. España, igual que antes lo hiciera Italia, ya ha acudido al Mecanismo de Protección Civil de la UE solicitando mascarillas para el personal sanitario.

China también prepara el envío de 2,2 millones de mascarillas y 50.000 tests a Europa. España ya ha recibido medio millón de mascarillas donadas por el país asiático y ha comprado medio millón más. También está canalizando la compra de material sanitario para todo el país tanto en el mercado nacional como internacional. Además, cabe sumar la voluntad de grandes y pequeñas empresas que se han sumado a la confección y a la logística para hacerlas llegar a los hospitales.

El colapso no solo es material. España, reclutará médicos jubilados y a estudiantes en el último año de Medicina y enfermería para frenar la pandemia. También se han comenzado a derivar enfermos a hospitales privados. Toda medida que ayude a descongestionar los centros sanitarios es vital. Ahora la colaboración ciudadana también es imprescindible para afrontar los días más difíciles.