Nada es verdad ni es mentira, sino del color del cristal con quese mira. Y algunos lo tienen empañado. Todo está mal, pero arrimar el hombro, es harina de otro costal.

Siempre fui un periodista enamorado de mi profesión, que ejercí tras un breve paso por la enseñanza; y compatibilicé a veces. Y apliqué que la crítica hay que hacerla siempre, y al poder, lógicamente, y si es constructiva mejor. Y que la información tiene que ser veraz y comprometida. No precisamente objetiva, sino veraz y comprometida. Y los epítetos no son incompatibles. Porque nada es verdad... que escribía al principio.

Que se mueran los viejos, dejémonos de eufemismos, mientras jugamos a galgos o podencos. Sí, la mayoría de los muertos, viejos, en residencias a donde les envían/amos... La mayoría privadas o de gestión privada con dinero público. Pero esa es otra...

Los políticos, y en situaciones como la actual se acrecienta, cuando uno (ahora y antes) dice A, el otro B. Si yo digo, propongo, sugiero, realizo... algo, el otro, todo lo contrario. Están por encima de todo y de todos y de espaldas a la realidad, de los ciudadanos aunque se les llene la boca diciendo que es por ellos por los que trabajan. ¿Cómo es posible? Por ejemplo: ¿Cuáles son las mayores preocupaciones nuestras, como ciudadanos, ahora? Fácil si tenemos los pies en la realidad: ¿cuánto va a durar «mi» ERTE y cuándo voy a empezar a cobrar? ¿Cuándo se van a convocar «mis» oposiciones que se aplazaron? ¿qué va a pasar con mi paro cuya percepción termina en mayo?; ¿cómo podré atender el campo para que me dé algo de rentabilidad; ¿qué va a pasar con la ganadería, bovino, vacuno... que ha tenido un parón cojonudo; ¿cuándo voy a poder abrazar a mis hijos, hermanos, nietos, amigos?; ¿cuándo y cómo voy a poder abrir mi pequeño comercio, mi pequeña tienda?; ¿cuándo podré pasar esa consulta médica del especialista que he estado esperando, 6 meses, un año... y me han aplazado? ¿Cómo van las investigaciones en busca de vacunas? Añadan ustedes.

Si mientras se van muriendo más viejos, ¿qué pasa?

Sólo parece haber un propósito en los que no tienen el mandato de gobernar ahora: tumbar al gobierno. Me viene a la cabeza lo que no hace mucho decía, es su último libro, Almudena Grandes: «en España, cuando la derecha pierde el poder es como si se lo hubieran robado».

¿Pero han propuesto algo que medianamente tenga visos razonables para salir de la pandemia y empezar a robustecer la maltrecha economía? ¿Bajar impuestos y exenciones? ¿Y con qué pagamos lo público? O lo público no interesa...

Parece que sólo hay una obsesión:gobernar a costa de lo que sea. Si no gobiernan todo es malo. Vieja canción. ¿No será que unos y otros, acostumbrados a una alternancia continua, (que ha venido a demostrar que es mala y se vicia con corruptos, tragaderas, desprotección de los trabajadores…) no quieren aceptar una realidad distinta?

Cuando hay un evidente intento de acabar con el bipartidismo y todo lo que ha traído, la cosa no va bien. ¡Aaahhh!

Un solo ejemplo de amnesia (¿caradura?): ¿quién ha recortado más las inversiones en el estado de bienestar que íbamos conquistando? Incluso se hace trinchera donde conservan poder, porque la mayoría se lo ha arrebatado la izquierda o la extrema derecha, anticonstitucional, con la que están gobernando. Y este estado de bienestar acogía a muchos viejos, que en su vida habían hecho más que trabajar, y por aquí en la tierra, casi en exclusiva. Aquí donde la mayoría de la tierra no es para el que la trabaja.

Queda un larguísimo trecho a los ciudadanos progresistas, a los sindicatos serios, a los movimientos sociales, a todos, hasta que pongamos esto en pie. Años seguramente.

¿A todos interesa esa reconstrucción?; ¿incluso a los que van a salir más ricos?

Apretemos todos en la misma dirección. Ya habrá tiempo de poner a caer de un burro a los que han hecho las cosas mal (medio mundo también). Ahora, pónganse de acuerdo. No hace mucho he leído u oído que en Villanueva de la Serena (una ciudad muy importante de Extremadura) se han puesto de acuerdo todos los grupos que componen la corporación. ¿Será por el talante del alcalde y los concejales a quienes les importan los ciudadanos realmente?

Ay, cuando decrecía la inversión pública crecía la asignación para las Instituciones políticas, para los políticos. Ojalá que tras los nubarrones y tormentas que pronostican los sabios de la economía se potencie el sector público como el sanitario, la enseñanza y el sector primario y todos a una se establezcan los mecanismos para que lleguen inversiones privadas que acompañen a las que tiene que realizar el Estado. Aquí, sobre todo, porque a pesar del esfuerzo de las Instituciones públicas esta pandemia nos ha seguido pillando en la cola. Y también nuestros viejos, desgraciadamente, son los que más la han pagado. Que no se mueran más viejos.

*Periodista.