FALTA CONCIENCIACIÓN

Peligro en el bus interurbano

Miguel Á. Van Rysselberghe

Es por todos conocido la obligación de usar una mascarilla correctamente tapando nariz y boca durante el viaje en un autobús para evitar contagios y rebrotes por covid-19. Pues les contaré lo que viví el domingo, 28 de junio. Tenía un billete de autobús para ir de Madrid a Logroño por la tarde. En la fila para subir al autobús observé que varios pasajeros usaban la mascarilla como bufanda y otros solo se tapaban la boca. Le comenté esto al conductor y me respondió: «Sí, ya lo he visto». Pero no hizo nada ni dijo nada a nadie. A los pasajeros que iban con la mascarilla como bufanda, yo tuve que decirles que se pusieran bien la mascarilla. Pero el conductor y la nula señalética dentro del autobús actuaban en mi contra. Durante el viaje, un grupo de pasajeros, jóvenes que se sacaban la mascarilla para comer y beber, se pasaban bocadillos de un asiento a otro. Por si fuera poco, detrás mío había un pasajero que no paraba de toser y de comer. Me estaba poniendo muy nervioso. Este viaje fue un completo desastre en higiene y prevención, Deberían tomar medidas como que el conductor al iniciar el viaje mediante el uso de los altavoces debería advertir al pasaje de las normas que el viajero debe cumplir. Además, la empresa debería colocar señales que adviertan del uso correcto de la mascarilla y sobre la prohibición de comer dentro del autobús. Yo creo que un autobús no es un bar, donde se pueda comer sin mascarilla exponiendo a todos los pasajeros a un peligro innecesario. Es muy fácil contagiar en un autobús completo si no se siguen medidas tan sencillas como llevar la mascarilla colocada correctamente.

LA CRISIS DEL COVID-19

El falso dilema entre salud y economía

Bahía Lozano

Moralzarzal (Madrid)

Todos los días nos vemos sometidos en la televisión a un debate concurrente: la salud o la economía. Presidentes, ministros, políticos, tertulianos y los mismos ciudadanos discuten sobre el tema. Personalmente, pienso que es un falso dilema, y que, inevitablemente, en los próximos tiempos va a cambiar nuestra percepción.

De una parte tendremos que ocuparnos mucho de los temas relacionados con la salud, el cambio de actitudes sociales, de forma de vivir... y de otra parte tendremos que buscar una economía mucho más social, que prime más el bien común que los beneficios empresariales. ¿Será posible esto? Como dice un conocido cómico, hoy no será posible, ¡mañana!

El uso de las mascarillas en la calle

Anna Oliva

Barcelona

Estoy muy en desacuerdo con que se tenga que llevar mascarilla por la calle obligatoriamente. Vería bien que se hiciera como hasta ahora: cuando era necesario. En mi caso, excepto al ir a trabajar, que no me queda más remedio que ir en mi horario, intento salir en horas de menos tráfico de gente precisamente para no tener que llevar mascarilla. Y ahora es obligatorio aunque no te encuentres a nadie por la calle, mientras los bares, restaurantes, terrazas están a tope, con grupos de muchas personas, a veces sin mascarilla. Seamos coherentes.

Sin embargo, ¿por qué no se prohíben las reuniones de tanta gente? Es totalmente ilógico.

Panda de egoístas que nos quieren contagiar

Mª Rosa Sáez

Llançà

No existe ninguna «nueva normalidad» poscoronavirus. Lo que sí tengo claro es que la especie humana está condenada a la autoextinción. Lo que más lamento es que seguramente cogerán el covid-19 aquellas personas que sí seguimos todas las medidas de prevención. No le deseo mal a nadie, pero si tiene que contagiarse alguien espero que sea toda esta panda de egoístas que no llevan mascarilla.