Es tan difícil entender que si todo el mundo lleva puesta la mascarilla, evidentemente bien colocada, mantiene la distancia social y realiza frecuentes lavados de manos, en pocas semanas podremos erradicar el covid-19? Esto no supone un gran sacrificio si pensamos en los beneficios que obtendremos a cambio hasta la llegada de la ansiada vacuna.

Con ello recuperaremos la pérdida de libertad temporal que sufrimos, levantará el vuelo la deprimida situación económica que padecemos y podremos reencontrarnos con nuestros familiares y amigos sin el impedimento que supone la obligada limitación de movimientos para evitar el contagio. Y si no perdemos la memoria y aprendemos de esta pesadilla, estaremos prevenidos ante posibles epidemias futuras.

LA CRISIS DEL COVID-19

Se nos ha roto el tiempo

Andrés Hinarejos

Pensionista

Se nos ha roto el tiempo, se nos han roto los abrazos, los besos, las tertulias... se nos ha roto la libertad, los momentos caprichosos, la charla tonta donde el tiempo cunde poco, los pensamientos absurdos donde el tiempo pasa rápido... se nos han roto los planes que hacen pasar las horas felices, todo está roto y el tiempo roto sigue contando sin inmutarse, olvidando que nuestra lucha es una guerra con él roto.

Se nos ha roto el tiempo, está destrozando el poder falso de nuestra vanidad, ni un meteorito, ni un terremoto, ni un diluvio, ni una guerra... el tiempo roto lo ha originado algo tan diminuto que es invisible, algo que ha okupado nuestro cuerpo haciéndolo su vía de transporte y que además nos mata, algo que a lo mejor hemos creado nosotros y ahora no sabemos destruirlo, algo tan fuerte que ni bombas, ni fusiles, ni tanques, ni aviones, ni dinero, ni nada de todo lo que hemos fabricado para matar puede eliminarlo. Qué fortaleza la nuestra ante un tiempo roto: ninguna; taparnos la boca, lavarnos las manos y encerrarnos en casa hasta que además del tiempo se rompa nuestro cerebro sin saber qué hacer... Los que manejan el tema entre otras cosas se gastan tropecientos mil millones en ir a Marte para ver si existen microbios, virus, bacterias... mientras la cuestión de la búsqueda de remedios en la Tierra lo dejan para luego. El tiempo está ahí, pero está roto, nadie puede utilizarlo a su antojo, siega vidas, las inutiliza, les quita el sentido de vivirlas... muchos lloran, otros se cansan curando a muchos otros, y como nadie lo ve, muchos lo andan buscando sin saber lo que se juegan.

GESTIÓN POLÍTICA

Aprender de la pandemia

Xavier Riu

Maestro jubilado

La emergencia sanitaria le ha dado la vuelta todo. Hemos tenido vivencias que ni imaginábamos y estamos haciendo nuevos aprendizajes vitales. Creo que todo ello nos debería hacer reflexionar sobre la necesidad de cambiar muchas cosas. Algunos ejemplos:

1. Estuve semanas gastando poco, comprando lo imprescindible, pero así no se aguanta nuestra economía, que se basa en vender cosas prescindibles. 2. La mayoría de establecimientos del barrio están preocupados, algunos ya dicen que cerrarán, mientras la calle está llena de repartidores del comercio por internet. ¿Somos conscientes del tipo de ciudad que construimos comprando así? 3. Hemos descubierto que trabajos importantísimos para nuestra vida son precarios y con sueldos muy bajos, una contradicción que debe resolverse, por justicia y por nuestro bien. 4. Tengo un balcón que no usaba, porque da a una calle muy ruidosa y contaminada por el tráfico. Lo he redescubierto, disfrutando de mucho menos ruido y aire más puro. ¿Por qué conformarse a volver a lo de antes? 5. El papel clave de la sanidad pública. 6. Por el miedo al contagio volvemos a consumir muchos productos de un solo uso. Y se usa más el transporte privado que el público, cuando necesitamos todo lo contrario. Que la urgente y coyuntural emergencia sanitaria no nos haga olvidar la que es importante.

Creo que los responsables políticos hacen lo que pueden en la gestión de la crisis, pero he visto que dan prioridad a buscar culpables, y otros optan más por buscar soluciones... lo tendré en cuenta cuando haya elecciones.