Qué razón el dicho popular, en cuanto la referencia a que la experiencia laboral es un grado, sin título oficial, que confiere competencias y habilidades. En definitiva, experiencia es conocimiento, y para saber de verdad qué pasa en las cocinas aunque seas fraile, mejor haber sido cocinero.

Mientras se “cocina” el Real Decreto que debe desarrollar muchos aspectos de los cambios en la Formación Profesional y el acceso a Secundaria, los profesores técnicos sin titulación superior están que se muerden las uñas, y eso que tienen la especialidad de estética, también se tiran de los pelos, aunque cuenten con peluquería en su currículo, y no es para menos.

La LOMLOE trae mejoras en la formación profesional demandadas durante años, ésa es la parte buena, pero las prisas que son malas consejeras, sumado a algún consejero al parecer con prisas, han dado al traste con las expectativas de muchos técnicos superiores que ven peligrar sus puestos de trabajo actuales, los interinos, y las ilusiones de muchos aspirantes a ingresar en el cuerpo de profesores técnicos de FP, técnicos superiores que desean dedicar sus vidas a la enseñanza.

La recién estrenada LOMLOE, dispone en su disposición adicional undécima, lo siguiente: Profesorado del Cuerpo a extinguir de Profesores Técnicos de Formación Profesional, que en su punto tercero viene a decir, para no aburrir al lector, que aquellos que no tengan titulación superior serán cuerpos a extinguir, y claro, imaginen como se les has quedado el cuerpo a muchos, especialmente a aquellos cuya especialidad no tiene titulación superior, llámese cocina, estética, peluquería, patronaje, madera, etcétera.

Para ellos cumplir ese requisito, es literalmente imposible, a no ser que el esperado desarrollo de la propia Ley y los nuevos Reales Decretos pongan solución.

De momento la entrada en vigor, parece que no afectará a las inminentes oposiciones, pero si no se pone solución en breve sí que podrá afectar a corto plazo a un colectivo que durante años ha estado realizando tareas docentes en igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros de formación profesional y secundaria y con muy buenos resultados en el mundo laboral.

Nunca me ha cortado el pelo un biólogo, que quizás lo haga extraordinariamente, pero a priori, si me dieran a elegir, y a no ser que la alopecia inundara todos mis pensamientos, preferiría un peluquero o peluquera.

En todo caso, la medida, desprestigia más que prestigia a la misma formación profesional, que inhabilita a sus propios técnicos superiores a desarrollar una labor docente que cada vez es más demandada y a su vez más importante para incorporar a nuestros jóvenes al mundo laboral. Esta incertidumbre puede tirar por tierra muchas ilusiones y expectativas, también recursos tanto económicos como personales. Urge cuanto antes negociar una salida profesional digna y acorde al trabajo a desarrollar para el colectivo afectado.

En fin, mientras visiona ‘Máster Chef’, o ‘Maestros de la Costura’, recuerde que para ser asesor, diputado, incluso ministro o Presidente del Gobierno no se exige ningún estudio, pero todos necesitan de un ejército de peluqueros, estilistas, maquilladores, sastres, etcétera, no digamos de mantenimiento de vehículos. H

*Presidente de ANPE Cáceres