Siempre es buen momento para aprender o recordar lo que alguna vez supimos. Y excelente hacerlo en época de desolación, pues inmuniza contra la manipulación y enriquece interiormente. Por eso es esta una hora óptima para refrescar conocimientos sobre las vacunas, prodigioso avance de la medicina y uno de los mayores logros de la humanidad. Alguna vez allá por mi lejano bachillerato, aprendí en Naturales que la primera vacuna de la historia, esa ocurrencia arriesgadísima de inocular el mal debilitado en el organismo para que este produjera el bien, la descubrió el médico rural Edgar Jenner al comprobar cómo las campesinas no se contagiaban de la viruela por estar en contacto con las vacas que la padecían de un modo más benigno. Y es que la historia de la medicina es una epopeya de estudio, afanes y éxitos que han mitigado el sufrimiento inherente a la naturaleza humana y han extendido el remedio para el dolor y la lucha contra las peores enfermedades hasta horizontes casi sin límite, como prueba del poder salvador de la inteligencia humana cuando se emplea para bien.

Y en estos tiempos de necesaria reivindicación de tantas mujeres silenciadas, olvidadas o subordinadas a los hombres a lo largo de la historia, supone una obligación además de una oportunidad única la difusión del papel que algunas jugaron en la extensión de las vacunas que tantas vidas han salvado. Sin duda una de las más grandes es Isabel Zendal, primera enfermera en misión internacional, cuya proeza en la expedición Balmis, cuidando de los niños que constituían la vacuna viva transportada al nuevo continente, contribuyó a erradicar la terrible dolencia en medio mundo.

Faltan hoy Zendales y sobran bocazas que, amparándose en una notoriedad y fama no debida en modo alguno a sus conocimientos científicos ni a su inteligencia probada, aprovechan las cámaras y los premios para desahogarse o decir burradas. A estas y estos famosillos culpables les sobran todos los micrófonos. Pues el verdadero y único problema de las vacunas hoy en España es su desesperante escasez.