En Madrid no habrá elecciones. El 4 de mayo se conocerán el poder de Isabel Díaz Ayuso y el de Pablo Iglesias, nada más. No es preciso que haya una victoria frente a una derrota de cualquiera de ellos, porque no importa: el poder al que aspiran no es gobernar Madrid, aunque consista en eso. Si son elecciones es porque así hay que formalizarlas y porque se presentan los demás partidos, obligados.

Díaz Ayuso justificó el adelanto electoral por miedo a una moción de censura. Falso. Lo de Murcia ha sido la coartada (pintiparada, es verdad) para darse la oportunidad de intentar gobernar sin pactos ni subordinaciones, directamente. E Iglesias fundamentó la decisión de ser candidato en la necesidad (histórica, le faltó decir) de frenar a la derecha. Falso también. Lo de la derecha solo ha sido el pretexto para desinstitucionalizarse y darse un baño de pueblo con el que demostrar a su socio de Gobierno que el poder de la izquierda/izquierda es suyo.

Ambos han presentado ya sus credenciales. “Comunismo o libertad”, dice Díaz Ayuso. “Derecha criminal”, dice Iglesias. Nada que decir de esta adjetivación que hace Iglesias de la derecha, pues no está claro si quiere señalar que la derecha es criminal por naturaleza, si se refiere solo a la derecha española, criminal por haberlo sido, o si se trata de mera retórica para enfatizar lo mala que es la derecha, que es criminal. Y poco que decir de Díaz Ayuso, que ha elegido un oxímoron para los suyos, pues la derecha acostumbra a identificar comunismo con libertad, libertad con comunismo, y solo quien es o ha sido comunista sabe que lo opuesto a la libertad es comunismo, y viceversa, lo opuesto al comunismo es libertad (palabrita del niño Losantos).

Todavía aturdidos, PSM, Ciudadanos, Más Madrid, Vox e incluso Podemos, precisamente porque saben que no son elecciones, temen el 4 de mayo. Con el adelanto electoral, Díaz Ayuso pretende desprenderse la costra de Ciudadanos y apartar para siempre a Vox, convirtiéndose en la líder de la derecha en Madrid y en... y enviándole a Casado una muestra de lo que es capaz. Y, con el argumento de frenar a la derecha (¿no pasarán?), Iglesias proyecta recuperar la unanimidad de Podemos en torno a él, despachar a Más Madrid y ponerse a disposición del PSM, demostrando así que su socio de Gobierno es socialdemócrata y que la izquierda es él.

*Funcionario

En cuanto a gobernar Madrid, Iglesias volverá a su puesto de ministro y a su cargo de vicepresidente, tan a gusto.