El martes día 6 acompañé a unos familiares a ponerse la vacuna anticovid. Cuando llegamos al Hospital Universitario había una cola considerable pero el personal estaba contento pues pensaba en los beneficios que le reportaría el pinchazo y que les acercaría a una nueva normalidad que al parecer consiste en abrazar y dejarse abrazar. Sin embargo a medida que el sol que se desplomaba inmisericorde sobre las despejadas cabezas hacía su efecto y las piernas se cansaban de estar de pie comenzaron a escucharse los primeros reproches pues no es razonable que a personas de tan altas edades se les tenga más de dos horas de pie a pleno sol en un descampado o que algunos necesitados de sillas de ruedas para desplazarse tuvieran que servirse de la amabilidad del personal de urgencias pues no estaba prevista ningún tipo de ayuda. 

A mí me gustan las colas porque en ellas se aprende mucho. Por ejemplo en la cola de la pescadería aprendes las diversas maneras de preparar el salmón y en la de la carnicería, aparte de enterarte de los nombres de las diversas partes de las reses y saber que los filetes de tapilla son muy tiernos, te enseñan a preparar unas carrilleras para chuparse los dedos. Y de sopas no digamos.

Bueno, pues en esta del martes comprobé que el SES había improvisado este acto y como consecuencia las personas mayores se sentían maltratadas. Entre aspirantes a vacunas y acompañantes debíamos ser más de quinientos, y de entre ellos escuché opiniones y llegué a la conclusión de que había más de 120 maneras de organizar una vacunación con mucha más comodidad para los usuarios y con mayor rapidez. Hay que ver lo mal que gestionamos el aprovechamiento de la capacidad intelectual en España. Acceden a puestos de responsabilidad las personas más incapaces mientras que las lumbreras están marginadas haciendo colas en los organismos oficiales o exponiendo su sabiduría en la barra de los bares, aunque sirven de poco pues los políticos no escuchan sus propuestas y así va el país. Supongo que el fin de semana sabiendo que llovería habrán regalado paraguas a los pacientes.

*Profesor