Así llama ahora el gobierno de Sánchez a las subidas de impuestos que quiere hacer. Ha sido el caso de la eliminación de la reducción fiscal a la tributación conjunta en el impuesto de la renta que afectaría negativamente a muchos españoles y, en el caso de nuestra región, a 108.000 familias. Ahora dicen que esto es una errata en el Plan de Recuperación y Resiliencia que se ha enviado a Bruselas. No sé qué es peor, si que nos tomen por tontos o que sea verdad y que de este plan no nos podamos fiar porque hay errores en algo de lo que va a depender la recuperación económica y social de nuestro país.

En este empeño que tiene Sánchez de subir impuestos, destaca una consigna que repiten una y otra vez para tejer un engaño e intentar ocultar la verdad: la subida es solo para los ricos. ¿Y cuál es la realidad? Que nos castigan a todos. Porque muchos de nosotros, por ejemplo, llenamos el depósito de gasoil para ir a trabajar, al pueblo, de vacaciones o a llevar a los niños al colegio, y como eso no es de millonarios, la subida del diesel nos afectará a todos los que tenemos que coger el surtidor en la gasolinera para llevar a cabo nuestras actividades diarias.

El último golpe ha sido el peaje en las autovías y autopistas del Estado. Este es el segundo intento de Ábalos; recordarán ustedes que ya el año pasado planteó la posibilidad de que quién se «beneficiara» a nivel económico de la red de carreteras, pagara por usarlas. Ahora, con su nueva propuesta pretende ampliarlo a todos los ciudadanos, estableciendo un peaje para todos aquellos que transitamos por un motivo u otro por esas autovías y autopistas.

Esto del peaje es el resultado de la propuesta realizada por la Asociación de las Grandes Empresas Constructoras Españolas y Concesionarias de Infraestructuras y esto es algo a valorar, porque dice Ábalos que lo recaudado por este impuesto sería testimonial, apenas unos 1.500 millones de euros, dando a entender que eso no resolvería ningún problema. Entonces ¿a quién beneficia esta tasa?

Este asunto no solo ha indignado a los usuarios; muchas asociaciones y organizaciones como la OCU lo han dejado claro: este impuesto es un abuso por el triple coste que tendría para los ciudadanos. Primero, por el propio peaje en sí, pero también por los impuestos que pagamos ya por la circulación de nuestros vehículos y por último, por el encarecimiento de todos los productos que compramos a diario y que se transportan por carretera, ya que el sobrecoste repercutiría sobre el propio artículo.

A pesar de estos argumentos, el PSOE extremeño ve bien lo del peaje en las autovías y no parece que le importe ese triple castigo a los usuarios; así lo demostraron ayer en la Asamblea, votando en contra de una propuesta del PP que pretendía rechazar el establecimiento de este impuesto. Esa es la realidad.