Es extraña esta 41 Feria Internacional del Turismo, en pleno mayo, con los calores incipientes de esta primavera que se resiste a llegar, y sin folletos, ese oscuro objeto de deseo del viajero. A partir de mañana desde el Periódico Extremadura daremos cumplida información de cuanto suceda en el pabellón extremeño de la Institución Ferial de Madrid. 

Es la primera gran feria del país que se desarrolla de forma presencial en mucho tiempo y bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria. Precisamente, hace un año Ifema cerraba sus puertas como gran hospital provisional ante la avalancha de casos de covid-19 en la capital de España. Fue todo un ejemplo de respuesta urgente, casi un milagro materializado en horas, en los pabellones 9 y 7. 

El estand institucional de Extremadura se encuentra en el pabellón 9 y será emocionante trabajar allí donde se libró una batalla por salvar las vidas de tantos ciudadanos. Ese pabellón concentra la energía de los profesionales de la salud que se dejaron la piel y la de que los que desgraciadamente abandonaron este mundo a causa de la pandemia.

A lo largo de 30 años tengo atesoradas muchas anécdotas sobre Fitur. La mayoría son festivas y se refieren a hechos que sucedieron fuera del recinto ferial, en lo que es la intrahistoria de la feria. Otras tienen que ver con los problemas técnicos derivados de enviar crónicas desde Madrid hace tres décadas, con procedimientos rudimentarios, como que se llevaran en mano los carretes sin revelar al periódico, o que las conexiones informáticas fueran un desastre. La que comienza mañana será también una feria muy especial por otros motivos. Tendremos el privilegio de llevarles la información a ustedes desde la misma zona cero de la pandemia con el recuerdo presente de quienes luchan contra ella y los que se quedaron en el camino.