A disposición del partido. Todo político profesional que se precie se aprende esta frase a la vez que se saca el carnet. En una formación política dura un candidato lo que tarda en saberse si puede ganar unas elecciones. De ahí que los ‘candidatables’ saquen a colación la susodicha frase cuando un periodista avispado le pregunta si va a encabezar una determinada lista. Es una forma de decir: «estoy disponible, ellos verán» y derivar la respuesta a quien manda en ese momento. 

Hay que tener en cuenta que todos los partidos políticos padecen lo que en el argot electoral se denomina ‘el síndrome de Tarzán’. El mismo consiste en no soltar una cuerda hasta que tener otra a mano, que es lo mismo que no descartar un candidato hasta saber si hay otro mejor. Una imposición desde Madrid no tiene sentido en los tiempos que corren, pero decir que un candidato cuenta o no con el respaldo de la dirección nacional supone un espaldarazo de primer nivel, sobre todo si se está en la oposición y se tiene por delante la ingrata tarea de asaltar el poder.

Esta semana se presentó en Cáceres la candidatura de Laureano León como presidente provincial del PP. Los populares cacereños han optado por la continuidad, sin experimentos ni fórmulas nuevas, dejando a quien está al frente del partido desde hace 16 años. No es la única fórmula: en el caso de Badajoz, ha surgido una pugna entre dos opciones tras la marcha de Francisco Javier Fragoso. Pues bien, el día de la presentación de Laureano León acudió José Antonio Monago para respaldarle y precisamente ese día un diario nacional, El Mundo para más señas, lanzó la noticia de que Génova quiere realizar algunos cambios autonómicos y, entre ellos, está Extremadura donde no cuenta con su presidente para ser candidato a las elecciones de 2023. La pregunta a Monago era obligada: «¿Va usted a ser candidato?». Y la respuesta de manual: «Aquí estamos a disposición del partido». El presidente de los populares también dijo que se sentía muy identificado con Casado a pesar de que en su momento a quien apoyó fue a Cospedal.

"El PP debe decidir si apuesta por experiencia o renovación, pero de una u otra forma tendrá que contar con Monago"

Es cierto que un titular no cambia nada y que lo que diga un periódico, que responde a una o varias fuentes, puede que finalmente no se cumpla. Entre otras cosas el congreso regional del PP extremeño se tiene que celebrar tras el verano y de aquí a entonces pueden pasar muchas cosas. Para empezar que surja o se promueva una alternativa con solvencia, que por ahora no ha ocurrido. Sin embargo, lo que sí es cierto es que si en los últimos meses se daba por hecho que Monago iba a repetir como único candidato (así se había trasladado incluso desde Madrid), desde esta semana en las filas del PP nadie lo tiene seguro.

Monago goza de liderazgo dentro de las filas del PP. Aunque haya perdido peso específico tras llevar ya dos legislaturas en la oposición, es cierto que haber sido el único líder del PP capaz de arrebatarle la Junta de Extremadura al PSOE le da cierto predicamento. Pocos se mueven en el partido fuera de su control, aunque desvaríos y conspiraciones siempre hay, sobre todo cuando no se ostenta el poder. 

"Una imposición desde Madrid no tiene sentido, pero decir que un candidato cuenta con su respaldo vale mucho"

El PP debe decidir si apuesta por experiencia u opta renovación, pero de una u otra manera tendrá que contar con Monago. No veo a Casado entrando en Extremadura como un elefante en una cacharrería. Los liderazgos no se imponen: o se ganan o si acaso se heredan. Lo lógico sería que Monago bien continuara, bien apadrinara a su sucesor o sucesora. Otras fórmulas solo traerían complicaciones que, estando en la oposición, con una mayoría absoluta del PSOE en frente, no sería lo más acertado. 

El tiempo apremia y montar una campaña no se hace de la noche a la mañana, ni por supuesto en los últimos 15 días. El PP sabe que quien lidere el partido, sea Monago sea alguien nuevo, tiene que ser nombrado ya. Hemos alcanzado el ecuador de la legislatura, se tienen que empezar a sentar las bases de unas nuevas elecciones y todo empieza por designar a la cabeza visible. En Génova han entrado las prisas ahora que parece ponerse el aire de cara. 

De aquí a septiembre habrá que agarrarse porque vienen curvas. Eso sí, todos a disposición del partido.