Sobre estas líneas ya os he mostrado mi admiración, quizá sea más sincero expresarlo de otro modo, la devoción, que siento por Las Hilanderas de Diego Velázquez (1657). Os decía hace algún tiempo que mi mirada fija sobre la pierna adolescente de la anciana que teje, la diosa Palas, había intentando descifrar y ordenar las historias que se superponen y que cuenta esta magnífica obra, recreándome siempre en su belleza, en su historia, en su sabiduría. Esa que siempre acababa rezumando: somos hoy lo que seremos capaces de hacer mañana, pero para hacerlo, nuestro suelo debe soportarse sobre lo que, hombres y mujeres, que nos hayan precedido nos han dejado. 

El tejer sobre la paciencia, la esperanza, el trabajo delicado y dedicado de esas manos impetuosas podría ser la reflexión que hoy volviese a recaer aquí, sobre su imagen, pero no lo será, o sí, pensándolo bien es prácticamente imposible que esos matices no aparezcan. Esta semana conocía que esta obra en el Museo del Prado se podrá observar con otro marco. Un marco que eliminará todos los añadidos posteriores a su creación. Sus protagonistas aún pueden apreciarse más, mejor, desaparece el ruido visual posterior que está alrededor y que en su nacimiento nunca fue diseñado.

¿Se imaginan que ese marco pudiésemos aplicarlo a cualquier debate? ¿A cualquier noticia? ¿Se imaginan que ante un hecho concreto pudiésemos hacer desaparecer todos los añadidos intencionados y aparatosos? Podríamos, con casi seguridad, analizar mejor, observar mejor, y centrarnos en lo que verdaderamente merece la pena, sus protagonistas, los temas que relata y retrata. 

Podríamos, si, por ejemplo, hablásemos del Consejo de Ministros del Gobierno de España ver su capacidad de liderazgo ante los nuevos retos a los que nos enfrentamos como sociedad.

Podríamos ver como en la Asamblea de Extremadura se convalida un Decreto-Ley con medidas extraordinarias de apoyo a la solvencia empresarial en respuesta a la pandemia de la Covid-19 y, en el que se incluye la Línea Covid de ayudas directas a personas trabajadoras autónomas y empresas cuya actividad se ha visto afectada más negativamente, con el fin de reducir su nivel de endeudamiento. Un trabajo del Gobierno de España y de la Junta de Extremadura. 106 millones de euros.

Podríamos hablar del Plan Extremeño Integrado de Energía y Clima que tiene una inversión prevista de 18.6400 millones de euros, la mayor parte de inversión privada (en los años de vigencia del 2021-2030),el equivalente a todo el PIB (Producto Interior Bruto) de nuestra región en un año, y que supondrá un aumento de los ingresos para las arcas municipales entorno a los 1.300 millones de euros. Un impacto en la creación de empleo con cerca de 88.000 puestos de trabajo y la instalación de 11.000 megavatios de energía renovable.

Podríamos celebrar el consenso obtenido en la PAC 2021-2027.

El trabajo silencioso, laborioso, que teje todas sus partes está ahí. Hay una Extremadura que emerge y crea futuro, solo hay que ponerle el marco adecuado, hay muchas protagonistas, muchos protagonistas. Nuestra tierra está repleta de talento y sobrada de elementos para alzarse ante los nuevos horizontes. Como en la citada obra la superposiciones son posibles por su armonía. Somos hoy lo que seremos capaces de hacer mañana, pero para hacerlo, nuestro suelo debe soportarse sobre lo que, hombres y mujeres, que nos hayan precedido nos han dejado. Ha sido mucho. Pongamos un marco.

*Filóloga y diputada regional del PSOE