Aún recuerdo con increíble viveza el momento en el que me di cuenta de que el cine y la televisión eran una gran mentira. Ese instante revelador en el que de pronto, ese actor cuya muerte te partió el alma en otra película o serie, reaparece en una distinta, vivito y coleando, e interpretando un papel totalmente distinto. Ahora me llena de ternura rememorar mi confusión y mi enojo y cómo mi madre me explicó con su paciencia infinita lo que era la ficción. Y aunque parezca paradójico, la decepción dio paso a la admiración y me di cuenta de lo sublime que es el arte de la interpretación, cuando se hace con maestría. Pues bien, ese episodio de aprendizaje que yo viví en mi más tierna infancia, parece que todavía no ha calado en algunos, porque si no, no se entiende la saña con la que se ha juzgado a la gran Verónica Forqué por su comportamiento en uno de las últimas entregas del programa de TVE 'Masterchef Celebrity'.

Y sí, es cierto que a la señora se le fueron un poco de las manos los humos y las formas con sus compañeros, cuando desempeñaba las labores de 'capitana' en una prueba de exteriores en el exitoso reality culinario, pero para ser justos a la hora de valorar su forma de actuar, deberíamos ser capaces de dejar a un lado los prejuicios que sobre ella tenemos en el imaginario colectivo. Saber en realidad quien es sin filtros ni maquillaje. Porque seguramente mientras más programas pasen, más se dará cuenta la audiencia de que la 'Vero’, como dice que le gusta que la llamen sus amigos, no siempre es esa hippie trasnochada, graciosa, relajada y dulce, que tantas veces ha interpretado en la pantalla. 

Es cierto, que son muchos años y muchos papeles en los que el gran público la tiene asociada a ese perenne 'buenrrollismo', y que de pronto se salte el guión sacando a la palestra un carácter titánico en un programa en 'primetime' ha dejado a más de uno con las patas vueltas. 

Aunque a sus 65 años y con una gloriosa carrera a las espaldas en la que ha trabajado con lo mejorcito de cada casa, no creo que a la 'Forqué' se le haya despeinado un pelo de su rojiza cabellera por los memes y chascarrillos sobre su 'desliz' entre fogones, que durante toda la pasada semana inundaron las redes sociales. Hay que reconocer que no siempre es fácil mantener el 'tipo' en estos formatos televisivos, pero este en particular tiene la dificultad añadida del estrés de una cocina. Cualquiera que haya trabajado en una sabe que no son lugares aptos para todos los públicos. Hay que estar hecho de una pasta especial para mantener la cabeza y los nervios fríos, entre tanto calor y presión, y entre comanda y comanda. Si a esto le añadimos los focos, el factor competitividad y lo mezclamos con las diferentes personalidades y egos de gente famosa que tiene una reputación que defender, el coctel es cuanto menos explosivo.

Madre, hija y nieta de artistas, sin duda ella estaba más que acostumbrada a ser vilipendiada por esto o por aquello mucho antes de que se inventara Twitter o Instagram. Aunque quién sabe, lo mismo lo que muchos han considerado una 'ida de olla', no es más que un triple salto mortal de una gran actriz para reinventarse. Cabe la posibilidad de que cansada de ser siempre la 'buena' o la 'tonta' de la película, esta veterana haya decidido ahora dar un giro de tuerca a su carrera e interpretar a la 'villana' de la historia. O que sin más, haya decidido aplicar la vieja fórmula de «que hablen de ti, aunque sea mal» y se esté partiendo de risa en su casa. 

Mi abuelo Pedro decía que la vida es una comedia y que a cada uno le va en ella según sepa desempeñar su papel y adaptarse a las circunstancias. Sin duda a Verónica Forqué le sobran tablas en la ficción, aunque está por verse si esta nueva experiencia en la 'telerrealidad' le pasa factura o le hace subir enteros como persona o como actriz. Pero en cualquier caso, suyo es el derecho a equivocarse. 

Mientras tanto, no está de más recordarle al respetable que los famosos son humanos, que también se tiran pedos, como el resto de los mortales, y que de vez en cuando pierden los papeles y la cagan.

*Periodista