Lo cierto, es que apenas llevados diez días de clases presenciales la incidencia acumulada era a 14 días entre los menores de 12 años era de 123 casos por cada 100.000 habitantes, la más alta por tramo de edad y de todo el país. Si alguno pensara o pensase fuera o fuese por la relajación en las medidas de prevención adoptadas en y por los centros escolares, debo asegurarles que se equivocan, es justamente lo contrario. 

A pesar de ello, nuestras autoridades educativas, bajo mi parecer muy precipitadamente, han flexibilizado las medidas como distancia, grupos burbujas o reducido plantillas, tanto las de siempre, como las de refuerzo Covid. Aunque algunas comunidades más que otras, nuestros docentes, se han encontrado con aulas más pequeñas en relación al curso pasado, no por el continente sino por el contenido, y han debido multiplicar sus esfuerzos para seguir cumpliendo con todas las medidas sanitarias habidas y por haber. 

Dicen los expertos que este aumento era esperado, pues el “modus operandi” del coronavirus, es ir atacando especial y progresivamente a los núcleos de población no vacunados. Al parecer, convenientemente, algunos sólo les hacen caso a los expertos «después de» y no «antes de» y como siempre el resto, y también convenientemente para algunos, nos enteramos de la opinión de los expertos «después de» y no «antes de».

En todo caso, la realidad es la que es, y a un ritmo acelerado se están cerrando aulas ante la imposibilidad a día de hoy de vacunar a los menores de entre 5 a 12 años y lo que es peor, presuntamente por contagios derivados de la variante delta ante la cual la segunda dosis es menos efectiva. Ante esto debiéramos preguntarnos, o al menos alguien debiera preguntar, y hacer caso, a esos expertos «antes de» y no «después de» tener que lamentar nada.

Yo preguntaría en primer lugar si es oportuno no aislar o no hacer guardar cuarentena a los contactos estrechos de positivos por COVID, vacunados o sin vacunar con las dos dosis, por ejemplo, el Tribunal Superior de Baleares avala el confinamiento forzoso de jóvenes en contacto con otros contagiados. En segundo lugar, y debido al elevado número de menores que están dando positivo y el número de aulas cerradas, si no sería prudente administrar de manera preferente una tercera dosis, por supuesto voluntaria, además de a aquellos colectivos que sean factores de riesgo o inmunodeprimidos, a los trabajadores esenciales, sanitarios, cuerpos de seguridad, y por supuesto docentes, principalmente porque la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ya ha confirmado que habrá una tercera dosis de refuerzo, e imagino será por algo.

Y por último, y visto las decenas y variopintas medidas adoptadas, o sin adoptar dependiendo la conveniencia, si por fin encontraremos vida inteligente no «en» la tercera fase, como dice el título de la película de Spielberg, sino «con» la tercera fase.

* Maestro