La parte más terrorífica de la interesante, pero desmitificadora, entrevista al insufrible spin Redondo es cuando habló de los indultos. “Y, sin embargo, ha sucedido y la vida sigue". Esa fue la respuesta del otrora poderoso asesor áulico presidencial cuando Évole le atacó con las contradicciones del presidente en la excarcelación de los líderes del pròces. Sencillamente, escalofriante.

Que la política se ha convertido en un arte publicitario era algo que ya sabíamos. Que valoran en muy poco la capacidad de interpretación y retención del que compra, menos. Este gobierno se pertrecha de polémicas diarias para huir de la anterior, sabiendo de antemano que la atención no es el fuerte del colectivo. Queda el titular y la marca de lo que vas haciendo. Lo demás, se borra rápido.

El gobierno bicéfalo acaba de aprobar una ley de vivienda fuertemente impulsada por Podemos. Tiene lógica que este grupo defienda una iniciativa claramente intervencionista. Es, desde luego, coherente con sus políticas. Ellos creen que la acción pública “cura” los males de lo que ellos llaman el “mercado”. Contra toda evidencia empírica, eso sí.

De hecho, la nueva norma tiene el mismo halo que la ley de arrendamientos de 1964; por tanto, una ley franquista (esta, sí). Hay demasiadas diferencias entre la tipología de problemas de antes y de hoy, pero ambas intervienen por el lado de la oferta para solucionar el problema de la inestabilidad en los precios del alquiler.

Tampoco creo que haya que hacer una enmienda a la totalidad de la ley porque el empeño nace de un problema real: el acceso de la vivienda en alquiler, especialmente en grandes ciudades. A los jóvenes se les escapa la oportunidad de compra, por eso derivan a un mercado del alquiler que, ciertamente, presenta dificultades de acceso. Pero eso, en realidad, es un síntoma, no la enfermedad (de hecho, en el diagnóstico debiera pesar más la enorme tasa de paro juvenil -la más alta de la UE- y la precariedad laboral). Y tratar de curar los síntomas es un error.

El control del precio de los alquileres es una medida que supone reprimir la oferta, dado que aumenta el riesgo. Justamente lo que hace sufrir la demanda, que necesita que haya más opciones de forma que la competencia haga bajar el precio.

Por otro lado, se focaliza en los grandes tenedores de vivienda (más de 10 en propiedad) que son bancos y fondos de inversión. Entiendo la parte propagandística de que un gobierno de izquierdas trate de ponerles coto, pero es que suponen sólo el 5% del parque de viviendas en alquiler. Es innegableque la concentración en la propiedad ha sido un fenómeno creciente en los últimos años, pero de forma asimétrica en todo el país. Por ejemplo, en Cáceres, las altas de viviendas de este tipo de propietarios no llegan ni al 15% anual. No parece que un número así vaya a tener efecto sobre el mercado del alquiler.

Otra medida estrella es el “cheque vivienda”. Una copia del famoso cheque bebé, que ya sabemos lo que ocurrió una década atrás. Más allá de que, de nuevo, el impacto es menor, generó problemas fiscales posteriores por las ayudas recibidas. Además, como ha ocurrido con las famosas tasas digitales, el propietario ya tiene en cuenta la medida y ajusta (sube) el precio. Como forma de garantizar el acceso al alquiler es, siendo generosos, insuficiente.

Y, finalmente la ejecución queda limitada a la decisión de las Comunidades Autónomas, siendo la vivienda materia estatal. ¿Acaso no sabía el gobierno que las gobernadas por los populares rechazarían la norma? No seamos inocentes: no cabe otra respuesta que sí. Con lo cual cabe pensar que era exactamente lo que buscaba.

Ese el problema, al final. Que la norma pudiera ser errada pero bienintencionada. Ocurre que es simplemente promocional: cultiva la imagen de gobierno centrado en lo social, quedas bien con tus votantes (presentes y futuros), convencidos de que es positivo limitar a los “grandes tenedores”. Pero no arreglas nada, sabes que la influencia va a ser nula. Lo que, por cierto, te permitirá después volver de nuevo a la carga.

*Abogado, experto en finanzas.