Esta batalla se acaba cuando yo diga que se acaba». Leónidas y sus 300 espartanos nos dejaron batallas, épica y frases que se recuerdan e interpretan aún 2.500 años después.

Pronto hará cuatro años que 300 autobuses salieron de Extremadura hacia Madrid para reivindicar un tren digno para nuestra región, un AVE, unas infraestructuras merecidas y justas con Extremadura. Como héroes de la Batalla de las Termópilas los extremeños abandonaron su zona de confort y en plena Plaza de España de la capital reivindicaron el futuro que nuestra región merece y exige. Fue un día de exaltación regional, de defensa de nuestros derechos históricos y de decirle al resto del país que íbamos a dar la batalla hasta el final.

Fueron 300 autobuses, la mayoría financiados con dinero público de entidades gobernadas por el Partido Socialista, ya fueran diputaciones, ayuntamientos o la Federación extremeña de municipios y provincias. Eran otros tiempos. En Madrid gobernaba un tal Mariano Rajoy y contra él y su Gobierno no había consignas para frenar las reivindicaciones. Antes al contrario, se agitaban. Atrás quedaron las bucólicas imágenes, el ‘book-instagramero’ del presidente de los extremeños acudiendo a la manifestación en ferrocarril. No se ha vuelto a subir a uno. Atrás quedaron las imágenes de unidad de todos los partidos políticos y organizaciones sindicales, las subvencionadas y las que no lo estaban, asociaciones y extremeños que de forma individual decidieron apoyar esta manifestación.

Eran otros tiempos. Fueron 300. 300 autobuses de la ilusión que no era más que un misil del socialismo y del ‘buenismo’ contra el Partido Popular. El tiempo es el mejor juez. El tiempo ha demostrado que los que fletaron autobuses y desde hace años tienen el BOE para convertir los autocares en traviesas para las vías de tren, no lo hacen porque están en otras cosas. Porque cuando tienen que elegir entre el cojín en el suelo o el altavoz en la mano eligen siempre el cojín y el cargo.

Fueron 300. Fue un día de ilusión seguido de años de mentiras y decepciones. Ese AVE para 2021 acabará en un tren rápido Badajoz -Madrid nunca antes de 2030. Esa es la realidad que nos traen los Presupuestos Generales del Estado presentados en el Congreso de los Diputados. Esa y no otra.

«¡Recordad este día valientes, pues nadie podrá arrebatároslo jamás!». Leónidas se dirigía así a sus 300. En Extremadura no, no podremos dirigirnos nunca más a los 300, no al menos mientras Sánchez esté en La Moncloa. Que no cuenten los extremeños con que su gobierno apoye ninguna reivindicación. Es imposible. Aquel día siempre lo recordaremos , fue historia reciente de nuestra región, historia que no podemos olvidar. Historia que no debemos dejar pasar ni dejárnosla arrebatar.

Estos Presupuestos Generales del Estado certifican el abandono de un Gobierno y de un partido con nuestro territorio. Certifican la mentira de los últimos años, las de los últimos meses, la de los últimos días.

Mienten con los datos, como cuando Vara dijo en septiembre que se habían licitado 1.000 millones en tres años y le demostramos con respuestas parlamentarias del propio Gobierno que apenas superaba los 400. Mienten sin pudor para justificar estos presupuestos de la vergüenza y la mentira y lo hacen ya de forma indisimulada.

Ya olvidaron los 300. Los 300 se sienten utilizados, porque fueron utilizados. Leónidas nunca hubiera dejado así a sus espartanos tirados por un puesto para él. Vara sí y lo hace sin sonrojarse.

Extremadura merece respeto. Gobierne quien gobierne en Madrid y en Mérida. Merecemos infraestructuras dignas, el aeropuerto abierto y operativo, el AVE como el resto del país y las autovías. Lo merece esta región gobierne quien gobierne. Porque no somos más que nadie, pero tampoco somos menos.

«Llegará una nueva época, una época de libertad. Y todos sabrán que 300 espartanos dieron hasta su último aliento para defenderla». ¿ Defendemos nuestra libertad, extremeños.

*Diputado del PP en el Congreso por Badajoz