"Hemos vencido al virus". Cada vez que recuerdo aquellas palabras de Sánchez en el verano de 2020, me suben los niveles de indignación, de rabia o de ¡yo qué sé!; nos tomó por tontos al pretender que con su eslogan barato creeríamos que la pandemia se había acabado. Aunque estemos hartos de este mal bicho, la realidad es que nos queda virus para rato. Así al menos lo aseguran los expertos y podemos concluir por las distintas mutaciones que estamos conociendo; la última lleva el nombre de ómicron, parece que viene de Sudáfrica y es bastante contagiosa.

"Vergeles dice que no se plantea ninguna medida a pesar de que la incidencia está subiendo"

Nuestros vecinos de Portugal acaban de declarar el estado de calamidad debido a la alta incidencia de contagios; y eso que es el país de la UE con mayor porcentaje de población con la pauta de vacunación completa. Algunas comunidades autónomas ya han trazado un plan para la Navidad. Este miércoles se ha presentado el de la Comunidad de Madrid. Ayuso pone encima de la mesa tres medidas fundamentales: 40 millones de euros más para mantener los contratos a los sanitarios al menos hasta que acabe el invierno; test de antígenos gratuitos para poder estar con familia y amigos con mayor seguridad, y autocita para vacunación con la tercera dosis a las personas entre 60 y 69 años, así como vacunas para niños de 5 a 12 años.

Mientras, en Extremadura, Vergeles, en otro alarde de falta de previsión, dice que no se plantea ninguna medida a pesar de que la incidencia está subiendo: hemos comunicado 156 positivos el pasado miércoles, la cifra más alta de contagios desde hace tres meses. Pero en lugar de actuar como debe hacer el responsable de la sanidad, planteándose todos los posibles escenarios y diseñando acciones para impedir situaciones graves, está en otras cosas que son justo lo contrario: como cerrar todas las plantas covid de los hospitales de la región, poner de patitas en la calle desde el pasado día 1 a todo el personal sanitario de refuerzo que ha trabajado contra el virus y que tiene ya esa experiencia, y, si queremos un test de antígenos, tendremos que pasar por caja.

Lo de despedir a sanitarios que han trabajado de refuerzo es especialmente grave, justo cuando está subiendo el número de personas con covid y después de haber conocido los datos del Ministerio de Sanidad que señalan a Extremadura como la comunidad autónoma con más población en lista de espera para operarse. Con cientos de casos con retrasos insoportables en intervenciones, incluso de pacientes oncológicos, o pruebas diagnósticas, es una irresponsabilidad afrontar una nueva ola y esas largas listas con menos personal sanitario. Mientras otros se preparan, la Junta está a verlas venir, sin ninguna previsión. ¿Dirán de nuevo que no se podía saber?