Por más que no quieran escuchar su voz; por más que quieran acallar con golpes a quienes sólo defienden su forma de vida, su profesión y el sustento de sus familias, los agricultores y ganaderos seguirán diciendo en la calle lo que el Gobierno y la Junta no quieren oír.

"El campo hace su labor, generando alimentos, empleo, pero es ignorado por la Junta"

¡El campo está al límite! A este ritmo de subida desmesurada de los costes de producción y recibiendo precios ridículos a cambio, los productores no podrán mantener sus explotaciones. A estas dificultades se añade ahora una grave sequía que hará que esta no sea una campaña normal. Muchos agricultores se quedarán sin poder cultivar y a los ganaderos los sobrecostes en alimentación y agua les arruinarán; pero todos ellos en lugar de apoyo reciben palos.

Llaman violentos a quienes van con las manos vacías a defender su forma de vida, porque los agricultores y ganaderos están desesperados, y no les queda más opción que seguir denunciando en la calle eso que los que sustentan el poder se niegan a escuchar. 

Ven con impotencia que cuantos más problemas tiene el campo, más se blinda el Gobierno. Lo hemos comprobado cuando se han manifestado para decir en voz alta que no aguantan más, cuando han querido decírselo a Sánchez, y la actitud siempre es la misma: menos diálogo y más autoprotección. Pero tienen que ser oídos, porque el campo y la agroindustria asociada son prácticamente la principal base económica de Extremadura y están en riesgo extremo.

Realidad frente a esos cuentos chinos que nos anuncia la Junta, una y otra vez, de mega-proyectos que van a venir y que son humo; unas veces por limitaciones medioambientales, otras por la escandalosa falta de infraestructuras y otras por las trabas burocráticas y los impuestos. Esos proyectos para los que, según Vara, necesitaríamos que viniera gente de fuera por miles, porque aquí no hay suficiente mano de obra. Esos mismos que no se hacen nunca realidad. El último ejemplo lo hemos visto en la factoría de baterías -3.000 empleos- que se ha llevado otra comunidad autónoma. Siempre el mismo guión con el mismo final. Pero Vara dice que lo importante es participar.

Mientras tanto el campo está ahí haciendo su labor, generando alimentos, actividad económica y empleo, dando vida a las zonas rurales, pero es ignorado por la Junta. Y eso ha vuelto a hacer ahora cuando nuestros agricultores y ganaderos están pidiendo ayuda por las graves consecuencias de la sequía, por los altísimos costes de producción y por la nueva PAC.

No van a acallar la voz de los agricultores y ganaderos extremeños. Que no cuenten con ello. Seguirán pidiendo en la calle lo que la Junta se niega a negociar en una mesa. ¡Por muchos palos que les den!