Basta el título para saber que se trata de Luis Medina Abascal, uno de los investigados por cobrar comisiones ilícitas en la compraventa de material sanitario para el Ayuntamiento de Madrid.
«La Fiscalía, ya sabes, son todos de izquierdas y así actúan», respondía al diario ABC sobre su acusación. Exactamente lo mismo que si le hubieran preguntado por la línea editorial del propio ABC: «El ABC, ya sabes, son todos monárquicos y así actúan». Es decir: la Fiscalía, una opinión.
"Da igual si este Medina Abascal adquirió coches, relojes con rencor de clase o un yate "
Aunque la indignación es comprensible (esa chulería, por Dios), el caso de este Medina Abascal ha afectado incomprensiblemente. Tanto es así que incluso el diario ABC, al que dio la entrevista, parece que no le advirtió de lo que estaba diciendo ni le preguntó si quería que se publicase, de tan afectado por la necedad del personaje.
Tan afectado y tan malvado, por cierto, pues lo publicó. Ferlosio, a partir de ahora, habría añadido con honor el calificativo «malvado» a la presentación que solía hacer de ABC: «Nuestro querido y benemérito, ilustrado, huecograbado, grapado, encuadernado, tricornudo, charolado y malvado diario monárquico de la mañana».
Pero da igual.
Da igual si este Medina Abascal es aristócrata o un famoso más (de hecho, él se defiende diciendo que «si no fuera tan popular sería tratado como un comisionista más»). Da igual que este Medina Abascal lo hiciera «al comienzo de la pandemia», como se insiste para subrayar su falta de escrúpulos (comisionistas como él, y con idénticos escrúpulos, los hubo al comienzo de la pandemia, los ha habido durante la pandemia y los hay ahora que la pandemia parece que ya solo resiste en Shanghái, ese misterio).
Da igual si este Medina Abascal adquirió coches con denominación de origen, relojes con rencor de clase y un yate con firma (cada cual folla como puede, con perdón).
Da igual que a este Medina Abascal quieran hacerle más grave el delito mediante la coletilla «mientras moría gente», con el propósito de hacerle más despreciable (a tal fin, también podría recordársele que su padre estuvo en prisión por corrupción de menores).
Da igual, de verdad. Da igual incluso que el caso se haya conocido porque detrás exista una maniobra política contra el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en contestación (una mala contestación) a su participación directa o indirecta en el espionaje a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuando su enfrentamiento con Pablo Casado.
Del caso de este Medina Abascal indignan el personaje y las circunstancias en las que habría estafado, es decir, aprovechándose de la urgencia, el caos y la falta de material sanitario. Pero lo que jode es esto: «La Fiscalía, ya sabes». Ese desprecio.