El Periódico Extremadura

El Periódico Extremadura

Saturnino Acosta

Encerado y clarión

Saturnino Acosta

Lo que poco cuesta poco se aprecia

Los que viven ajenos a los centros educativos no saben que este adelanto es un importante retraso

Ni es verdad ni es así, contestaba a un amigo que criticaba la que estamos liando los docentes por empezar dos días antes «a trabajar», aunque es el erróneo mensaje que alguno ha mandado a la sociedad y profesorado que es el peor que se podía mandar, porque no es por dos días.

Soy el primero que criticó el adelanto del calendario escolar. Quizás, porque en mi vida profesional también me tocó realizar funciones directivas, soy más consciente de la dificultad que comporta organizar un centro escolar en apenas tres días lectivos. Como docente, leer todos los expedientes, organizar el aula, coordinarme, y un sinfín de actuaciones que los docentes debemos y hacemos antes de recibir a nuestros alumnos. Los que viven ajenos a la realidad de los centros educativos desconocen que este adelanto significa un importante retraso en nuestras programaciones, en la atención a la diversidad, o en el propio y debido conocimiento del alumnado. 

Señores y señoras de nuestra Administración, padres y madres, esos días los docentes estamos trabajando, tenemos que ir a nuestros centros educativos y les aseguro que nos es más sencillo estar colgando collares de flores cual recibimiento hawaiano, que es lo que pretende nuestra Administración, padres y madres, con tal de que sus hijos no les causen problemas de conciliación, que haciendo labores burocráticas, de preparación y de coordinación, pero que hay que hacerlas, y sin tiempo, se demorarán, por lo que no perdemos los docentes, que trabajaremos los mismos días, perderán nuestros alumnos, y por tanto las familias. Es precisamente porque cada uno conoce a su familia por lo que los docentes estamos indignados, porque nuestra Administración es consciente que trabajaremos no los tres días lectivos que nos han dejado, los seis días naturales. Igual que lo hicimos en el confinamiento y durante lo peor de la pandemia, dar lo mejor de nosotros sin tiempo ni recursos ni ayuda por y para nuestra profesión con la indiferencia, asfixia y despotismo reinante para con los trabajadores de la enseñanza.

Decía un amigo que lo que no cuesta carece de valor. Así es y por eso debe dejar de ser así cuanto antes, porque cada vez los docentes trabajamos más por menos, aspecto que no ocurre con el resto de funcionarios ni empleados públicos, donde cada nueva atribución va pareja a remuneración y días de libre disposición, porque cada cambio en sus obligaciones conlleva modificación de estatutos o convenios que se negocian, no se imponen y porque cuanto más baratos salgamos menos valdremos. 

Sin embargo, no amigo, no es por ir a trabajar dos días, que lo hemos hecho siempre sin beneficio ni reconocimiento, es porque lo que poco cuesta poco se aprecia, y si además de docentes somos enfermeros, informáticos, administrativos, cuidadores, sociólogos, animadores y ahora azafatas de guirnaldas en mano, cada vez se nos apreciará y valdremos menos y cuando eso empieza a ser costumbre y todos los días, hay que decir basta, pero sin espontáneos que confundan y dispersen, unidos y donde hay que decirlo.

*Presidente de ANPE en Cáceres

Compartir el artículo

stats