La apertura de la Ronda Sur de Cáceres ha sido todo para conductores y también para amantes de los paseos que han encontrado en esta nueva infraestructura el espacio ideal para hacer ejercicio físico. Sin embargo, eso ha conllevado que en mi barrio, Nuevo Cáceres, concretamente en mi calle Juan Solano Pedrero, el tráfico se haya disparado tanto para los vehículos que quieren incorporarse a la Ronda Sur como para los que quieren salir de ella. El resultado es que entre los conductores existe un ‘efecto ronda’ que les lleva a no respetar los límites de velocidad en una calle llena de pasos de peatones. Juan Solano Pedrero es ahora una especie de ramal de salida-entrada en el que pocos conductores se ajustan a los 50 kilómetros por hora que deben respetar. Afortunadamente, aún no se ha producido ningún siniestro con víctima mortal, pero creo que hay que alertar de esta práctica, seguro que inconsciente entre los conductores.
La ONU se ha marcado como objetivo reducir al 50% el número de accidentes en 2030 y recomienda que en las vías interurbanas la velocidad debería bajar en 20 kilómetros por hora. Los accidentes causados por velocidad en vías urbanas suelen suceder en enero y ser frontolaterales, por alcance y atropellos. Otro obstáculo añadido es que la visibilidad, a causa de la altura de los árboles suele ser baja de noche, ya que algunas farolas no logran iluminar lo suficiente. Es curioso, pero el 67% de los conductores extremeños no cree que la finalidad de las multas sea solo la seguridad vial.
Seguro que este texto caerá en saco roto. Espero que algún responsable lo lea y comprenda que hay que señalizar bien Juan Solano Pedrero. Es una calle como otra cualquiera y no una rampa en la que ir aumentando de velocidad para salir o entrar en la Ronda Sur de Cáceres.
