El Periódico Extremadura

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Mercedes Barona

Con permiso de mi padre

Mercedes Barona

Juntos y a veces revueltos

Los seres humanos me causan una curiosidad infinita. Será porque existen millones de maneras de vivir la vida y, sin embargo, no hay dos vidas iguales. A veces me veo como un entomólogo, pero de personas y no de bichos, empeñada en descubrir por qué afrontan de manera diferente la misma situación, o qué les habrá hecho pensar de ese modo.

Una de las mejores maneras de conocer a fondo a una persona es viajando juntos. Viajar me encanta, porque es como expandir el campo de estudio humano a otros lugares, con sus peculiaridades. Bueno, también porque me gustan los monumentos. Y comer bien.

Total, que les hablaba de que cuando compartes mesa y manta, habitación y espacio, te das cuenta de las manías de cada cual y a la vez eres más consciente de las tuyas.

Creo que hay pocas cosas que puedan amargarte más un viaje que una mala compañía: en un Camino de Santiago recuerdo a una señora empeñada en que habíamos caminado casi un kilómetro más de lo previsto para esa etapa y que aquello le parecía un engaño. O la pareja que me tocó en el compartimento de aquel tren y que se pasó todo el viaje echándose en cara lo poco que él hacía en casa y lo mal que ella trataba a su suegra.

Lo de los tiquismiquis con la comida también da para capítulo: irte a otro país y pretender tener tortilla de patata o cocido en todas partes es tan absurdo como inflarte a comida de franquicia por no atreverte a probar nada. Para eso llévate un táper de croquetas de casa.

También recuerdo un viaje en el que alguien que creía estar ridiculizando sin consecuencias a una camarera húngara se llevó un “Tu p… madre” en perfecto castellano, porque la chica había hecho un Erasmus en Salamanca el año anterior, y ya sabemos lo bien que se aprende español en Castilla.

Compartir cama con una amiga te enseña que lo de “yo no ronco» a menudo no es cierto, y que quien dice que no tarda nada en ducharse es porque tiene una medida del tiempo muy peculiar.

Así que si de veras quieren conocer a otra persona, hagan un viaje conjunto. Si a la vuelta se siguen hablando a lo mejor ninguno de los dos es más raro de lo que parece. 

@merbaronam

* La autora es periodista

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