Opinión | Zona Zero

Polarización en el aniversario

Con motivo del aniversario de la Constitución los ciudadanos han pedido más diálogo a los políticos frente a los comportamientos exacerbados

Un grupo de personas en el hemiciclo del Congreso de los Diputados durante la jornada de puertas abiertas.

Un grupo de personas en el hemiciclo del Congreso de los Diputados durante la jornada de puertas abiertas. / Gustavo Valiente Herrero

Cada vez más leo y escucho la palabra ‘polarización’ en los medios de comunicación. Es curioso como un vocablo referido a explicar cómo la luz y la radiación electromagnética van en una sola dirección de propagación describe estado de la sociedad española y gran parte de la mundial. 

La polarización puede ser en una primera instancia afectiva, una respuesta emocional para explicar nuestra posición respecto con otros grupos, distintos de los que habitualmente nos sentimos identificados. Sin embargo, la acepción en vigor es la política. La irrupción de distintas corrientes políticas, distintas de las tradicionales derecha-izquierda o conservador-progresista, lejos de enriquecer el debate de las ideas, lo ha convertido en un campo minado en el que por desgracia nos limitados a expresar con una vehemencia exacerbada nuestros pareceres. Y no me limito a los grandes temas como el drama de la migración, el aborto, los impuestos, la inflación, la corona o la sanidad. Nos expresamos con reacciones furibundas por un quítame allá esas pajas. Últimamente me da miedo plantear cualquier dilema en la tertulia con los amigos y prefiero hablar del tiempo y asuntos menos intrascendentes. Error. Me empiezan a sacar el dilema del cambio climático y ya la hemos liado. 

Creo que gran parte del problema lo tienen los medios de comunicación televisivos. En ellos para atraer a la audiencia el debate debe exacerbado, con tertulianos esgrimiendo dedos inquisidores, desplantes abandonando la mesa del debate y cuando no insultos y descalificaciones. Los réditos electorales de esas conductas parece que son inmediatos, pero efímeros. En esos días de puertas abiertas por el aniversario de la Constitución los ciudadanos han pedido a los políticos más diálogo y entendimiento y menos polarización e insultos. Espero que por bien de todos les hayan escuchado. Me temo que seguirán con las orejeras de burro puestas permanentemente.

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