Opinión | La curiosa impertinente

Enero, kraken y las redes

El año empieza lluvioso como acabó. Retirada en la paz de mis desiertos he pasado las navidades para disfrutar el contraste entre el bullicioso Cáceres de luces, mercadillo navideño, cochecito y noria de Cánovas y la quietud de los campos anegados, que, por desmentir la sequía que casi acaba con ellos, ya no admiten los pobres más agua. 

"En ocasiones cada vez más frecuentes abandono la tele para sumergirme como la nativa digital que no soy en las redes sociales

Vuelvo la vista atrás y recuerdo que el 22 empecé con ómicron y el 23 con un virus afortunadamente descartado por el test como sublinaje de kraken, - solo catarro por tanto- el cual, según los expertos, ni se llama kraken ni contagia más. Por eso sin duda el gobierno chino ha soltado a su gente de golpe después de su fallida política de covid 0, y conmueve verlos invadir los aeropuertos, aquella porque hace tres años que no ve a su novio y aquel porque ya casi no hay covid, según su transparente gobierno que hace un mes los tenía encerrados.

Mientras tanto, aquí seguimos el mundo a la espera de lo que ocurrirá, que según la OMS no será para tanto. Y aunque mucha gente presta a las predicciones de la OMS tanta validez como a las promesas de Pedro Sánchez, está prácticamente sin estrenar el año para empezar a lamentarse por lo que no ha ocurrido todavía.

En ocasiones cada vez más frecuentes abandono la tele para sumergirme como la nativa digital que no soy en las redes sociales. 

Entonces caigo en la cuenta de que ni la guerra de Ucrania importa en este inicio de año, ni el intento de golpe en Brasil, ni los papeles que le han pillado a Biden. Ni siquiera las elecciones que vienen. Lo único que importa, como siempre por otro lado, es el dinero. 

Por dinero se han dejado Mario e Isabel, - hasta ahora una desconocía que existiera una clavícula Preysler, pero ya lo ha aprendido- y se han reconciliado Tamara e Íñigo. Que eso es lo que de verdad preocupa en este mundo materialista. Y no que en nada empiecen a salir corruptos de la cárcel, muera una mujer o más cada día a manos de sus parejas o sigan sacando violadores de las cárceles. Estamos en España, querido lector, y así somos nosotros. 

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