Opinión | encerado y clarión

Venderse por un plato de lentejas

Solo a veces, alguno se da cuenta de que quizás se esté apretando o exigiendo demasiado

O lo que es lo mismo, por una subida de dos puntos y medio, en el caso de los empleados y funcionarios públicos incluso otras subidas mayores en otros ámbitos pero que finalmente no palian la pérdida del poder adquisitivo perdido en estos últimos años y mucho menos el acumulado. 

Sí, resulta que a estas alturas donde las diferencia entre inflación y salario es cada vez más distante, el dicho popular «venderse por un plato de lentejas» viene al pelo, pues suele ser utilizado para expresar cuando alguien ha malvendido alguna cosa importante a cambio de una irrisoria compensación a sabiendas de ello, y que por cierto, en el pasaje del Génesis de donde proviene la expresión, sólo hace mención a un guiso rojo, no a las lentejas, pero que debido al color, la sabiduría popular ha convertido en lentejas, que como se sabe, si quieres las comes, si no las dejas, aunque no siempre ocurre así.

A veces, solo a veces, alguno se da cuenta de que quizás se esté apretando o exigiendo demasiado a cierto colectivo o que tras años de ir endureciendo sus condiciones sociolaborales, incluso las derivadas de los cambios sociales, siguen con las mismas retribuciones y condiciones de hace veinte años. A veces, sólo a veces, alguno se da cuenta que el café para todos no es igual ni puede ser igual para todos.

Imagínense por ejemplo un colectivo que tiene que realizar sus funciones en el ámbito rural, o que para poder trabajar tengan que irse a otras comunidades, o que estén cobrando bastante menos que la media nacional, que tengan una importante pérdida de poder adquisitivo acumulado o que cada vez se encuentren con menos plantilla en sus centros de trabajo. Imagínense, que a veces, solo a veces, se negociara donde se tiene que mejorar dichas condiciones, en las mesas sectoriales de dicho colectivo, no en la general, que para eso es general, la que da café para todos y que está muy bien, pero no es de cada sector, y así nos va.

Pues bien dejen de imaginar porque a veces es posible, pero no se equivoquen, no me refiero a los docentes por desgracia, que tenemos paralelamente una situación pareja, me estoy refiriendo a los médicos y a Vergeles, el cual ha entendido y según se desprende de lo aparecido en medios, que el colectivo médico, merecía una subida algo superior que la media nacional, una compensación de entre 280 y 400 euros por trabajar en la escuela rural, menos pacientes por día y flexibilidad horaria. 

Tampoco es que Vergeles haya visto la luz así como así, algo ha ayudado la convocatoria de huelga anunciada previamente por curiosamente un sindicato que no está en la del café para todos y que con posterioridad al acuerdo ha manifestado que se traducirá en una mayor calidad en la atención sanitaria de los pacientes.

Y ahora puestos a imaginar, imaginemos también los docentes, no ya sólo por el salario, que también tras pérdidas acumuladas, por nuestras condiciones laborales y por el bien de la Educación en Extremadura.

*Presidente de ANPE en Cáceres

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