Opinión | Calle libre

Debates adolescentes

La semana pasada, al igual que los últimos años, acudí a un debate con alumnos de Bachillerato en el IES Castillo de Luna de Alburquerque. Lo organiza, magistralmente, su profesora de Filosofía, Carmen Pérez, como uno de los puntos de los que consta un proyecto que desarrollan a lo largo de todo el curso académico. En este encuentro, acudimos una diputada o diputado, representando a cada una de las fuerzas políticas presentes en la Asamblea de Extremadura: PSOE, PP, Ciudadanos y Unidas por Extremadura. Nos piden, en un primer momento, que les expliquemos la ideología y la historia de nuestros partidos. Entiendo, que el objetivo es que el alumnado conozca la situación de partida de lo que a continuación se va a realizar. Y ahora viene lo mejor. Durante cerca de dos horas nos sometemos a todo tipo de preguntas de cualquier tema que se les ocurra. Evidentemente, son momentos mucho más complejos que los que se pueden vivir en una tertulia en radio o en televisión, o incluso en una entrevista en la prensa.

Durante cerca de dos horas los políticos nos sometimos a todo tipo de preguntas de los alumnos

No hay premeditación y sí improvisación en las respuestas. Has de estar preparado para cualquier cosa. De esta manera salen temas como la igualdad, el desarrollo de la región, la educación y el empleo para los jóvenes, la transformación industrial (con los nuevos proyectos) de Extremadura, las infraestructuras, la motivación para entrar en política y la elección de determinados partidos, las polémicas por la implantación de nuevas leyes, el papel de la Justicia, el reto demográfico y el peso del sector agrario, la vida en el mundo rural…

Sin embargo, y haciendo un poco de autocrítica, reproducimos en instantes puntuales, como bien nos lo recordó un alumno, el vicio peor que la ciudadanía ve en los políticos: las desavenencias con continuas interrupciones ( especialmente entre los partidos mayoritarios) a la hora de expresar nuestras opiniones.

Quizás no debimos trasladar entonces esa imagen maleducada y que trata de hacer ver al auditorio las enormes diferencias que nos separan, no ya solo ideológicas, sino también desde el punto de vista del trato personal ( que la mayoría de las veces no es tan real). Pero, en general, la actividad se llevó a cabo de forma muy fluida. A mi parecer, ha servido claramente para que estos adolescentes puedan entender la variedad de opciones políticas que existen dentro del arco parlamentario, así como ofrecen soluciones muy diversas ante los mismos problemas. Ejemplarizante, sin duda. 

* Historiador y diputado socialista 

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