El Periódico Extremadura

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Antonio Galván González

desde el umbral

Antonio Galván González

Tebeos

Durante décadas, los tebeos supusieron un elemento muy atractivo para que los chavales se iniciaran en la lectura

Durante décadas, los tebeos supusieron un elemento muy atractivo para que los chavales se iniciaran en la lectura. Después de mirar, tocar y aprender a leer los cuentos, en cuanto que sus capacidades eran suficientes para disfrutar de una lectura comprensiva, muchos niños y adolescentes se enganchaban a este medio artístico de expresión y entretenimiento. Todos sabemos que, cuando no había televisiones en todos los hogares y, también, cuando había televisiones pero no tantos dispositivos conectados a Internet, la chavalería jugaba más. Y lo cierto es que también leía más, y leía cosas distintas a mensajes y publicaciones de las redes sociales. Para algunos, los tebeos formaban parte de todas las etapas de su vida, pues iban seleccionando títulos que se amoldaban a sus cambios de intereses. Para otros, eran un medio de paso que les conducía a los libros juveniles, primero, y a las novelas, los ensayos o los poemarios, más tarde. De igual modo, también había gente que disfrutaba con los cómics durante su infancia o adolescencia y que, posteriormente, dejaba de experimentar placer en la experiencia lectora. Pero, en general, los cómics o tebeos eran un elemento tremendamente atractivo para transmitir la afición por la lectura. Hubo décadas en que las publicaciones autóctonas eran tan abundantes, variadas y accesibles que inundaban el mercado y atraían a un incontable número de chavales a los quioscos. Más tarde comenzaron a pegar fuerte los cómics de origen franco-belga y los de superhéroes de las editoriales norteamericanas Marvel y DC, cuyos personajes forman parte del imaginario colectivo de generaciones y generaciones.

Tiempo después se introduciría en el mercado editorial español el manga japonés, que desató grandes pasiones de manera paralela a la emisión en televisión de series animadas basadas en sus personajes. En la actualidad quizá sea el momento histórico en que más cómics y más variados se publican en nuestro país. Pero la media de edad del público que los consume es muy superior a la de tiempos pasados. Se publican tebeos de todos los géneros, orígenes, enfoques y para todos los públicos. Pero no se está logrando que las generaciones más jóvenes se incorporen a la lectura por esta vía. Y, por ejemplo, en el campo de los superhéroes el viento sopla totalmente a favor. Solo hay que pasarse por cualquier aula de infantil o primaria de un colegio al azar para constatar la presencia de superhéroes en ropa, calzado y en cualquier material o complemento escolar. Sin embargo, los mayores no logramos que se aficionen a los tebeos en que aparecen esos personajes que tanto les gustan. Y no sé si es que el combate con lo audiovisual está definitivamente perdido, si la desaparición paulatina de los quioscos, y de los cómics en los expositores de los quioscos, aleja a futuros lectores de los tebeos, o qué ocurre exactamente. El caso es que la ocasión la pintaban calva, y no estamos sabiendo rentabilizarla en términos de propagación de la pasión lectora. Una auténtica pena.

*Diplomado en Magisterio

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