Opinión | A la intemperie

Rezaré

A Silvio Fernández Melgarejo (La Roda, 1945 – Sevilla, 2001)

Silvio Fernández Melgarejo.

Silvio Fernández Melgarejo. / El Periódico

En ocasiones vuelvo a Silvio. Al hombre cercado de sí mismo. Al hombre condenado en el trasiego del vivir forzado. Silvio, paradoja desnortada. Silvio, en ocasiones, se me aparece; suele ser por Semana Santa. Viene a mí, desciende de sus alturas, Silvio el sevillano, y nos vamos juntos al baile.»Sureños del norte al sur…» Envueltos en swing… Baterista (a lo Ringo), porque andaba mal de voz (y bien de compás). Silvio, solo Silvio; tal y como firmaba su padre las crónicas. Silvio solo. Sólo Silvio. Silvio de todas mis tristezas… «Tri tri tri tristeza…» Y romano. Silvio era hijo de Roma (y de Elvis). Elvis en todos sus altares (y en todos los míos). Silvio, compadre de Dios. Mas en eso bajó a los infiernos… Solo Silvio (y Luzbel). ¡Cuerpo a tierra, que Silvio ha descendido a los infiernos! Tieso, por supuesto. Confinado de sí mismo, por supuesto. On the rocks, por supuesto. Y, por supuesto, atormentado. Con los demonios colgando. Los demonios que nos zapan por dentro; sin más luz que la que de Ella viene…

Y Sevilla quedó sola como quedó sola «la ragazza del elevatore». No, no nos miran. Ni siquiera cuando las barquitas de remos naufragan a orillas del Guadalquivir. Somos náufragos de tierra adentro. «Sua fragancia e mío sin dinero, cuesta cosa no combina». Colgadito de dos pinzas, caballero y español, santo y seña para gendarmes de mordisco rápido. Rebelde. Tan rebelde como para escribirle un himno al Betis siendo sevillista: «Cuando el rey don San Fernando conquistó Sevilla ya se preguntó ¿dónde está mi Betis?» Al primer tapón, zurrapa. Solemne quinario roquero. ¡Silvio, valiente! Valiente como la raspadura del whisky en la garganta de un niño. Valiente desnortado tú…

Caballero y Silvio. En el silencio de esta noche semanasantera oigo caer del reloj la arena. Y en la arena, una cruz y un cirineo. Silvio suena a tormenta cuando canta. ¡Borracho! ¡Perro sin dueño! Tal cual. Silvio tiene el extraño poder, poder alado, de despertarme la sangre de las venas. Lo rastreo en internet y me lo inyecto. ¡Tela! Ese poder suyo, ese compás suyo... Todo a compás. Compás para el cante. Compás para cruzar las dos rayas del tercio. Compás para medio respirar, aturdido de vivir, cada primavera que a respirar empieza. Compás, quillo, compás. Silvio, procesión de uno… Cofradía del arte a la que pocos son llamados. Y Silvio lo fue. Lo demás es la torrentera de vivir. El coñac barato, el coñac barato y templado que se bebe como si fuera el vino de las tabernas del Gólgota. Rimas facilonas como lumis: «vodka con limón, sonrisas con ron…» Y, al final de la barra libre, al final de la condena, en la angustia de este valle de lágrimas, un grito de esperanza: «¡Avanti corazones!».

Hoy he vuelto a escuchar el ‘Rezaré’ de Silvio, la saeta que más me hiere…

Hoy, como ayer, como cada noche que la procesión me va por dentro, he vuelto a escuchar «Rezaré», la saeta que más me hiere… ¡María envuelta en gracia sevillana! «Ahora y siempre, Amargura, te rezaré…» ¡Dentro, todos por igual! ¡Al compás del costal! Suba al Cielo el eco del martillo… a morir despacito… ¡Madrugá de agonía! ¡Ya le remachan los clavos a Silvio el nazareno! Y mientras lo clavan va cantando por Celentano: «Rezaré ante Vos porque al Verbo diste Encarnación; yo pronuncio tu Dulce Nombre de la O». Toda mi fe cabe en esa canción... Silvio muriendo, Silvio resucitando… Incienso y azahar… ¡Mañana La Estrella cruza el puente de Triana, mañana La Amargura sube la cuesta del bacalao! ¡Qué mañana tan bonita la mañana hoy! ¡Sábado de Pasión! «Ahora y siempre, Esperanza del Amor, eres norte del mío sur…»

¡Sanseacabó! No sé en qué orilla andarás buscando pelea. Silvio, genio del corazón en trizas, tú que eres como nosotros, allá donde estés, reza por nosotros en estas horas en que los muertos quedamos solos… ¡Vamos maestro tras tus pasos! ¡A rezar por los bares! ¡A bebernos el vino de las tabernas del Gólgota! ¡A bebernos a Dios!

*Abogado

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