Opinión | La curiosa impertinente

Ana y el escándalo

El más esclarecedor diagnóstico moral de este país resulta el hecho de que la noticia sea la maternidad de Ana Obregón y no la visita de Sánchez a China, evento que el presidente esperaba traducir en aún mayor culto a su personalidad. O que supere también a las negociaciones para dilucidar si al fin Sumar suma y Belarra y Montero, con Iglesias detrás, doblegan a Díaz, única vía para seguir mandando como mandan sin los votos requeridos para ello y solo porque son necesarias para la futura coalición a la que ya se ha resignado el socialismo demediado que padecemos. Mas solo en apariencia.

Ellas dicen que sin ellas no habrá coalición de izquierdas y por eso la izquierda está en ascuas mientras España toda solo habla de esa niña hija o nieta de una madre o abuela a la que algunos llaman desquiciada, ricacha compradora de hijos, agresora de mujeres y locatis total, y otros comprenden y defienden después de haber sufrido tanto. Mas solo en apariencia.

El diagnóstico moral de este país sería espeluznante si eso fuera lo que preocupara a la gente de bien, mayoría sensata que tanto repatea a sus gobernantes a la vista de su reacción cuando Feijóo se refirió a ella. Pero esos cotilleos de tertulia desenfadada no representan en realidad lo que España es. Se comenta porque el debate entretiene, alimentado por el morbo, la envidia, o el embeleso que provoca la frivolidad sobre el famoseo, pero solo es eso, conversación sin trascendencia verdadera. La gestación subrogada no es prioritaria en las preocupaciones de nuestro día a día. Aquí interesa la cesta de la compra, la hipoteca, el cuidado de nuestros mayores y nuestros pequeños, la conciliación laboral, los impuestos desorbitados, la luz, la sequía, el abandono del campo o el futuro de las pensiones. La hipocresía y el escándalo de quienes han callado hasta que una mujer mayor y rica ha hecho lo que otras numerosas parejas llevan haciendo hace tiempo sin generar tanto rechazo, es solo una nueva cortina de humo para disimular los verdaderos problemas que siguen ahí, sin solución. 

*Profesora 

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