Opinión | La trastienda // el artículo del director

¿Un gobierno de coalición?

Si no se alcanza una mayoría absoluta el 28M pudiera darse el caso de que hubiera en Extremadura el primera gobierno de coalición

¿Un gobierno de coalición?

¿Un gobierno de coalición? / EL PERIÓDICO

En Extremadura no se conoce un gobierno de coalición tras unas elecciones autonómicas. Las veces que no ha habido una mayoría absoluta, el Ejecutivo se ha apoyado puntualmente en algún grupo parlamentario ajeno al propio y ha gobernado en minoría. Le pasó a Juan Carlos Rodríguez Ibarra en 1995, a José Antonio Monago en 2011 y a Guillermo Fernández Vara en 2015. En el primer caso fue Izquierda Unida quien se abstuvo para que Ibarra formara gobierno, pero luego éste pactó los presupuestos a derecha e izquierda hasta que recuperó la mayoría absoluta yendo con Nueva Izquierda a las elecciones de 1999. En el segundo caso también fue necesaria la abstención de Izquierda Unida, convirtiéndose la coalición liderada entonces por Pedro Escobar en interlocutor preferente de Monago toda la legislatura. En el tercer caso fue Vara quien negoció con Podemos su investidura en los famosos ‘Encuentros de la corrala’ pero luego se abstuvieron tanto los morados como el PP y, de hecho, a lo largo de la legislatura el gobierno socialista logró alcanzar acuerdos presupuestarios tanto con el PP (2016 y 2017), como con Podemos (2018 y 2019).

Digo esto porque, caso de no haber mayoría absoluta el 28M como barruntan algunas encuestas, pudiera ser que tuviéramos al primer gobierno de coalición en Extremadura. Si ganara el PP, desde Vox ya se ha dado la consigna de que quieren entrar a formar parte de los gobiernos autonómicos siguiendo el modelo de Castilla y León. Y si ganara el PSOE, esta misma semana la líder de Unidas Podemos en Extremadura, Irene de Miguel, ha señalado que en estas elecciones aspiran a formar parte del futuro gobierno (de izquierdas se entiende) para hacer las políticas que no se ha «atrevido» a desarrollar el PSOE.

Para un gran partido es más fácil gobernar con los propios y salir después a la búsqueda de apoyos puntuales que sentar a la mesa a un partido minoritario que venga a enmendarte la plana. No existe costumbre ni tradición en compartir mesa y mantel en Extremadura y menos aún para que te echen abajo cuestionen más que superadas. Lecciones de izquierdas o de derechas que se digieren mal en partidos más centrados.

Pero es lo que tiene

la democracia y nuestro sistema parlamentario, que hay que lograr investir un gobierno y en más de una ocasión resulta imposible configurar una mayoría si no es aceptando las condiciones de un socio minoritario. Claro está que puede que ni Podemos ni Vox se salgan con la suya absteniéndose el PP o el PSOE para permitir un gobierno del contrario, pero no se ha hablado ni pactado nada de antemano y llegados a este punto a ambos le conviene más ver sufrir al enemigo con vecinos en casa que libres para hacer lo que quieran. El precedente de Castilla y León sobrevuela la cabeza del PP y el precedente del gobierno de coalición de la Moncloa la del PSOE. Así que ambos partidos saldrán a la campaña electoral no solo a ganar, sino a alcanzar una mayoría que te permita no depender de nadie. De lo contrario, el escenario extremeño será muy distinto al que hemos vivido hasta el momento, marcando el ritmo de determinadas políticas una derecha para nada de acuerdo con las posturas moderadas de su líder María Guardiola o una izquierda radicalmente en contra de ciertas actuaciones centristas protagonizadas por Guillermo Fernández Vara.

Quedan siete semanas para que se pongan las urnas y los extremeños decidan el gobierno de los próximos cuatro años, el cual puede que no sea azul ni rojo sino de un color variado: o verdeazul o rojomorado. Veremos.

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