Opinión | FEMINISMO

El caso Obregón para atacar

Pasado este vendaval de reacciones sobre el caso Ana Obregón, conviene reflexionar en cuántas tertulias se ha recurrido, de forma directa o velada, a acusar al feminismo y a las feministas. Falta columna para tantos ejemplos, pero aquí cito solo cuatro:

«Las feministas callaron antes y ahora atacan a una mujer». Uno, el feminismo ha denunciado esta práctica en otros casos mediáticos y no mediáticos, antes de Ana Obregón. Dos, el feminismo no es proteger a todas las mujeres por serlo, aunque cometan ilegalidades. Tres, el feminismo no es culpable de las excepciones noticiables del caso Obregón, desde la situación de su hijo a la portada del Hola. Cuatro, el feminismo se centra en la víctima, una persona que «padece daño por culpa ajena o por causa fortuita», según la RAE. No hagamos víctima a quien use ese proceso porque el bebé no cae del cielo. Son personas responsables de la toma de sus decisiones. 

«Se usan palabras muy gruesas en este debate». El feminismo es la defensa de los derechos humanos de las mujeres. Si en los informes jurídicos y de derechos hay conceptos como «venta o tráfico de niños» (Convención de los Derechos del Niño, Tribunal Supremo), debe constar así. El problema es hacer un relato romántico de lo que no es. Cuidado con las fuentes periodísticas. Los padres comitentes no son expertos. Hablan desde un relato personal no objetivo. De la misma manera que quien ya se dedica a esto desde la abogacía o la reproducción asistida habla desde una industria que obtiene beneficios de esa práctica.

«Las feministas atacan a la maternidad». Al revés, la defienden. El Supremo explica que la gestación subrogada elimina todos los derechos de decisión de maternidad de la mujer, desde antes de la concepción, y sin poder decidir sobre su propio parto. A quienes dicen que no hay trauma de apego cuando se separa al bebé de la madre, les recuerdo que en la pandemia de covid se denunció que la separación de las madres de los recién nacidos era violencia obstétrica. ¿Ahora, dos años después de aquello, ya no lo es? ¿Y qué ocurre con toda la literatura científica sobre el síndrome posparto? ¿Las mujeres gestantes no sufren nada o es que no las vemos ni escuchamos?

«Las feministas reivindican ahora la ley por estar en contra de la gestación, pero se quejan si la justicia no les da la razón». Sí, porque el feminismo nunca ha estado en contra de la justicia. Al revés, lo que quiere siempre es que la justicia sea justa. Y que cuando instituciones de derechos humanos advierten que los sesgos de género y los prejuicios dejan indefensas a las mujeres, recordar que esto afecta a su derecho a una tutela judicial efectiva.

En el relato emocional de la gestación subrogada se oculta que quien la prohíbe son instituciones de derechos humanos y la justicia. Como no son capaces de atacar a entidades superiores, han ido a por el feminismo, lo fácil. Su ausencia de argumentos se les vuelve en contra y solo demuestra cuánto tiene el feminismo aún por defender.  

*Periodista y profesora de la UOC

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