Opinión | La trastienda

El 29M

Nadie se moja, ni PSOE ni PP admiten que contemplan a Unidas Podemos y a Vox respectivamente para formar gobierno

Debate de Canal Extremadura del miércoles pasado.

Debate de Canal Extremadura del miércoles pasado. / Jero Morales

El debate electoral de la tele pública extremeña del miércoles pasado pasó sin pena ni gloria. Diez voces lanzando su discurso sin debatir casi de nada salvo para tratar de sacarle los colores al que gobierna no sirve para decidir un voto. Ni siquiera para determinar qué va a pasar al día siguiente de las elecciones si, como predicen las encuestas, nadie va a alcanzar la mayoría absoluta que es lo puede importar ahora a los electores y fue una de las preguntas de la noche que nadie respondió. Guillermo Fernández Vara acudió a la fórmula de que hablen los ciudadanos y después decidimos (sin decantarse por Unidas Podemos que es la opción de viaje más plausible a la izquierda) y María Guardiola huyó de hacer pareja con Vox como es más que previsible invitando a todos los partidos, PSOE, Ciudadanos, Vox e incluso Unidas Podemos, a apoyarle o abstenerse para formar un gobierno en minoría. Un imposible. 

Sólo Irene de Miguel, líder de la formación morada, llevó la iniciativa cuando se le preguntó y señaló que si el PSOE necesita de sus votos para alcanzar un gobierno pedirá entrar en Ejecutivo, que es ahí y no en el Parlamento la forma real de cambiar las cosas.

Aunque parezca improvisado, los partidos políticos no se toman este debate a la ligera. Lo preparan a conciencia acudiendo incluso a asesores externos expertos en argumentario y ‘telegenia’. Lo importante es no equivocarse, pero también no comprometerse a nada que altere la decisión de los electores. No hay que ahuyentar a esos indecisos ideológicamente de centro que no quieren saber nada de lo que está a la izquierda del PSOE o la derecha del PP. ¿Vara gobernado con Podemos? No con mi voto. ¿Guardiola yendo de la mano de Vox? Tampoco con mi apoyo.

Pero no nos engañemos. Si no hay mayoría absoluta habrá gobierno de coalición en uno u otro sentido. Porque tanto Unidas Podemos como Vox han aprendido que si no se sientan en los consejos de gobierno autonómicos no pintan nada, son meros palmeros de Parlamento y se les relega a apoyar iniciativas o presupuestos mientras el Ejecutivo hace y deshace lo que le viene en gana sin tener que rendir cuentas hasta que lleguen unas nuevas elecciones.

De todas formas, ya se sabe que el 38% de los electores determina su voto en las dos semanas de campaña electoral y que el 9% lo hace el último día, justo antes de depositar la papeleta en la urna. Quedan siete días para las elecciones y pueden variar las tendencias. Muchas veces el miedo a la dependencia de un partido minoritario concentra el voto en otro mayoritario. Así ocurrió con Juan Manuel Moreno Bonilla en Andalucía, que el miedo a la dependencia de Vox impulsada por el PSOE hizo que se concentraran los apoyos en el PP y le dieran la mayoría absoluta. La encuesta que publicó este periódico el domingo pasado recoge derivaciones de voto de Ciudadanos al PP, de Ciudadanos a Vox y de Unidas Podemos al PSOE. Así pues, el resultado final queda en el aire y caben distintas combinaciones que rozarían la mayoría absoluta.

Estoy seguro de que los partidos políticos van a echar el resto los días que quedan hasta el 28M. Un escaño arriba o un escaño abajo determina un gobierno o una posición de fuerza o debilidad a la hora de sentarse a negociar. Y eso lo saben el PSOE y el PP, pero también sus parejas de baile. Hay veces en las que ganar no basta, vale más ser ‘llave’ y definir una mayoría que irte con todos tus escaños a la bancada de la oposición. La partida está abierta y, como ocurre casi siempre, esos indecisos, ese centro político ideológico que cambia el voto en cada convocatoria, tiene la palabra.

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